El atentado terrorista contra la oficina parisina del semanario satírico Charlie Hebdo ha demostrado varias cosas.
El atentado terrorista contra la oficina parisina del semanario satírico Charlie Hebdo ha demostrado varias cosas. En primer lugar, que el terrorismo concierne a todo el mundo, sin excepciones, y que puede golpear en cualquier tiempo y lugar.
El terrorismo no se produce sólo en Siria o en Iraq. Occidente simpatiza desde hace mucho tiempo con los terroristas wahabíes que matan, violan y masacran en grandes centros de la civilización, que son Siria e Iraq, y les ha apoyado activamente, una política que se ha vuelto ahora contra él.
En el momento actual en Oriente Medio, la digna nación siria, a través de su líder, su pueblo y su ejército, llevan a cabo una guerra encarnizada contra extremistas criminales y bárbaros, y los mismos líderes occidentales, incluyendo los europeos, apoyan abiertamente a esos mismos bárbaros que están dispuestos a golpear en cualquier momento cualquier nación, incluyendo los mismos países occidentales, de los que algunos de estos bárbaros son ciudadanos.
¿Por qué no apoyaron ellos desde el inicio de la crisis siria al gobierno legítimo de Damasco y no le han ayudado a acabar con la plaga terrorista? ¿Por qué no han actuado siguiendo el ejemplo de Rusia, China e Irán y han buscado resolver la crisis mediante medios diplomáticos y no por medio de amenazas de un ataque armado contra el gobierno legítimo de Siria, apoyado por la inmensa mayoría de los ciudadanos de ese país?
¿Por qué han dejado a los delincuentes y criminales de todo tipo, incluyendo los del así llamado Ejército Sirio Libre, dirigirse a Siria y entrar en ese país para cometer auténticos crímenes contra la humanidad y tratar de destruir la Siria multiétnica y multiconfesional, sin olvidar los asesinatos de periodistas, tanto locales como extranjeros?
Los pseudo-especialistas del mundo occidental prosiguen su propaganda de esta locura. Durante los diversos debates televisados, incluyendo en Euronews, ellos hablan de la política que hay que adoptar hacia los “jóvenes” que parten a “hacer el yihad” en Siria e Iraq y, en lugar de hablar de medidas punitivas, ellos afirman que hace falta encontrar “un buen enfoque” a fin de “reintegrarlos” en las sociedades europeas.
Así pues, no queda nada más que esperar que el Ejército sirio y sus aliados logren erradicar totalmente a los parásitos en cuestión a fin de que estos últimos no sólo no puedan perpetrar más crímenes en los territorios de las grandes naciones árabes, sino también en los países de los que son ciudadanos.
Sería también positivo el poner fin al lenguaje hipócrita de Occidente que habla de “democracia y derechos humanos” en Siria. Cabe recordar que democracia significa la voz del pueblo. La voz de la mayoría. Y dado que el digno pueblo sirio apoya en una gran mayoría al presidente Bashar al Assad sería ya hora de aprender a respetar la elección del pueblo sirio, su soberanía y su independencia. Esto, sin embargo, es prácticamente inimaginable de parte de Obama, Cameron, Merkel, Hollande y compañía, que consideran a sus amigos de Arabia Saudí y Qatar como grandes ejemplos de democracia en la región.
Volviendo a Charlie Hebdo, el terrorismo es siempre terrorismo y nada puede justificarlo. No debemos olvidar tampoco que el semanario en cuestión no representa gran cosa. Se trata de un medio de pura provocación, algunos dirían extremista, que tiene por norma la de insultar las creencias religiosas de las personas, ya sean cristianos o musulmanes, y no encuentra nada mejor para hacerse publicidad que la utilización de estos medios sucios.
En este sentido, me identifico con la postura de nuestros aliados brasileños del BRICS, que han organizado manifestaciones masivas al lado de los católicos y musulmanes de Brasil para expresar su repulsa a las caricaturas extremistas de Charlie Hebdo mientras expresan su oposición al terrorismo y el extremismo en cualquier forma.
Para terminar, nuestras sinceras condolencias a todas las víctimas del terrorismo, en Siria, Iraq, Libia, Mali, Francia y en cualquier otro país del mundo. Y nuestro llamamiento a las élites occidentales para que en este nuevo año, que acaba de comenzar, abran los ojos a las consecuencias de su política tendente de favorecer el caos, ya sea en Oriente Medio o en sus propios países. Es seguro, sin embargo, que la sangre de los soldados y civiles sirios representa bien poco, sino nada, para estas élites hipócritas.
Miijail Gamandiy-Egorov
La Voz de Rusia