No cabe duda de que la historia mencionará el último viaje del primer ministro israelí, Benyamin Netanyahu, a Francia, tras imponer su presencia, al parecer no muy deseada, a las autoridades francesas

No cabe duda de que la historia mencionará el último viaje del primer ministro israelí, Benyamin Netanyahu, a Francia, tras imponer su presencia, al parecer no muy deseada, a las autoridades francesas, en la primera fila.

Él no sólo no formaba parte de los invitados, sino que se le pidió que no acudiera a la marcha, cosa que él ignoró.

Según el diario Haaretz, que citó una fuente israelí, el consejero de Hollande informó a otro de Netanyahu, Yussi Cohen, que el presidente francés prefería que él no participara en la manifestación porque no quería que el conflicto palestino-israelí desviara la atención del mensaje de la manifestación.

Sin embargo, Netanyahu tenía sus propios intereses derivados de su campaña electoral, y no las cuatro víctimas judías de un supermercado kosher, que fueron los que le llevaron a viajar a París. Estos mismos intereses empujaron también a otros dos políticos israelíes, los ultras Avigdor Lieberman, ministro de Exteriores, y Neftali Bennet, ministro de Economía, a visitar la capital francesa.

Esto llevó a las autoridades francesas a invitar apresuradamente al presidente de la Autoridad Palestina, Mahmud Abbas. Según el jefe de la Oficina de la cadena de televisión árabe Al Mayadin, él fue invitado por el presidente francés en persona, que incluso le ofreció enviarle su avión personal.

El Canal 2 de la televisión israelí confirmó que la Presidencia francesa decidió invitar a Abbas en respuesta al viaje de Netanyahu.

En todo caso, los medios israelíes han aprovechado la ocasión para poner de manifiesto el ridículo de Netanyahu en París. Numerosos informe le reprochan haber dejado en evidencia a Israel. Alguno le calificó de “arrogante” y otro de “personaje ridículo”, que recordó a los de los dibujos animados.

En una de las imágenes, se ve a Netanyahu tratando de abrirse paso a empujones hacia la fila donde estaban los cinco jefes de estado y de gobierno que abrían la marcha, incluyendo el presidente de Francia, François Hollande, y la canciller Ángela Merkel.

En su encuentro con comunidades judías de Francia, él se autoalabó y destacó el valor de su presencia allí. “Es importante que el mundo vea al jefe del gobierno de Israel desfilar codo con codo con los grandes dignatarios del mundo en un esfuerzo unido contra el terrorismo”. También aprovechó para insultar a los anfitriones afirmando que Francia era un país no seguro para los judíos y pidiéndoles que se fueran a vivir a Israel.

En su intervención en una rueda de prensa junto al embajador francés en Tel Aviv, él reveló su verdadero juego intentando mezclar a los grupos terroristas con los movimientos de resistencia o incluso países que no reconocen a Israel como Irán.

“Estos terroristas han matado a periodistas en París, han decapitado a trabajadores sociales en Siria, secuestrado a escolares en Nigeria, dinamitado iglesias en Iraq, masacrado a turistas en Bali, lanzado cohetes desde Gaza y hecho todo lo posible para construir armas nucleares en Irán”, señaló.

Y en la lista de terroristas citó al “EI, Boko Haram, Hamas, Al Shahab, Al Qaida, Hezbolá...”

Él afirmó que hace falta organizar “una vasta agresión contra las fuerzas del Islam en el mundo entero”.