Israel afirma que busca “diluir las tensiones” para impedir un empeoramiento de la situación.

Varios medios israelíes han citado fuentes políticas en Tel Aviv que señalan que Israel ha asegurado a Rusia que no tiene interés en un deterioro de la situación de seguridad frente a la Resistencia, que podría llevar a una guerra a gran escala. En lugar de ello, Israel afirma que busca “diluir las tensiones” para impedir un empeoramiento de la situación. El Canal 10 de la televisión israelí señaló que el escoger a Rusia para actuar como intermediario se deriva de sus buenas relaciones con Irán, Siria y Hezbolá.

El Canal 2 de la televisión israelí señaló, por su parte, que Israel es muy consciente de que Hezbolá responderá de forma inevitable contra el ataque de Quneitra. Fuentes militares afirman que el mensaje de Israel a Hezbolá es que si una represalia es inevitable, que dicha operación no sea dirigida contra un objetivo civil o, en otro caso, Israel no tendrá más opción que responder duramente. Sin embargo, un ataque contra militares no significa que Israel no vaya a responder, a su vez, pero el estado sionista verá tal ataque como una medida dirigida a reforzar el compromiso mutuo con las actuales reglas del enfrentamiento entre ambas partes.

En un intento de tranquilizar a los israelíes en un momento en el que la inquietud y el temor de los colonos crece, en especial en el norte del país, Israel ha enviado mensajes en dos direcciones: un mensaje dirigido al mundo exterior y un mensaje de tranquilidad dirigido a su propia población.

Las amenazas israelíes de respuesta ante un ataque de Hezbolá no entrañan nada nuevo en términos de intenciones, actitud o capacidad, pero sí han servido para incrementar el nivel de ansiedad de la opinión pública israelí, que teme que la región se encamine hacia una confrontación difícil y mucho más costosa para Israel que cualquiera de sus anteriores guerras.

En este mismo sentido, el periódico israelí Yediot Aharonot, informó que Israel está especulando sobre cómo responderán los iraníes a la muerte de su general muerto en el ataque de Quneitra. El liderazgo del Mando Norte, el Estado Mayor y el Ministerio de Defensa están analizando la información de las agencias de inteligencia, planteando diversos escenarios y preparándose para ellos.

En su conjunto, existe la sensación de que la situación es como una bomba de tiempo de la que nadie sabe cuándo o dónde explotará. Hasta entonces, los preparativos y tensiones en el frente norte continuarán.