Según la información recopilada por los activistas políticos en Túnez, la Embajada de Arabia Saudí en ese país opera en ambas direcciones...
Mientras que el escándalo de financiación saudí de los partidos y grupos salafíes en Egipto sigue siendo objeto de controversia, otro similar ha estallado en Túnez debido a la injerencia de la Embajada de Arabia Saudí en las últimas elecciones para la Asamblea Constituyente con el fin de influir en los resultados a través de los fondos aportados a los grupos salafíes y a otros partidos.
El canal iraní en lengua árabe por satélite, Al Alam, citando fuentes tunecinas con sede en Francia, informa que “según la información recopilada por los activistas políticos en Túnez, la Embajada de Arabia Saudí en ese país opera en ambas direcciones: por un lado, financia movimientos políticos laicos y liberales y, por el otro, financia al movimiento salafí para ayudarle a convertirse en una fuerza influyente en la política del país. Muchos tunecinos se sorprendieron de las grandes sumas que dicho movimiento utilizó para ganar votos. Como resultado, su número se ha duplicado en los últimos dos meses, lo que amenaza con crear una división dentro de la sociedad tunecina y empañar la imagen de los islamistas moderados.
Estas fuentes también han confirmado la existencia de una coordinación real entre EEUU y Arabia Saudí en su apoyo a los hombres del antiguo régimen de Ben Ali, en especial los militares, los miembros de los servicios de inteligencia y la policía secreta, y esto con el fin de evitar el despertar islámico y la revolución popular y recuperar a Túnez para que sirva a los intereses de EEUU y Europa.
En tal sentido hay que ver la carta del rey Abdulá bin Abdul Aziz, enviada por el ministro de Exteriores saudí, el príncipe Saud al-Faisal, a mediados de septiembre, al presidente interino de Túnez, Fuad al Mabzaa. Esta misiva refleja la voluntad del régimen saudí de apoyar este proyecto y “fortalecer los vínculos entre Arabia Saudí y Túnez para hacer frente a los desafíos comunes”.