El representante especial de la proclamada República Popular de Donetsk en las negociaciones con Ucrania aseguró que regresarán a las pláticas solo después del cese de los ataques por parte de Kiev.
El representante especial de la proclamada República Popular de Donetsk (RPD) en las negociaciones con Ucrania, Denis Pushilin, aseguró el lunes aquí que regresarán a las pláticas en Minsk solo después del cese de los ataques por parte de Kiev.
Pushilin afirmó en rueda de prensa en la sede de la agencia Servicio Nacional de Noticias que la RPD y la República Popular de Lugansk mantienen la posición reflejada en los documentos recientes sobre la necesidad de fijar la línea de contención y la retirada del armamento pesado de gran calibre, a la luz de los acontecimientos el último mes.
Dijo el también vicetitular del parlamento alternativo que sin esa premisa es imposible evitar la muerte de los civiles, pues prácticamente todos los ataques de las fuerzas ucranianas conducen a más muertos entre la población pacífica.
En cuanto el presidente Petro Poroshenko ordene el alto el fuego y el decreto sea publicado, los líderes de la RPD y de RPL abandonarán las repúblicas y viajarán a las negociaciones de Minsk, antes es imposible, aseveró Pushilin.
Las tropas ucranianas, indicó, mostraron que solo pueden combatir con los civiles y la infraestructura, toda vez que el 90 por ciento de los muertos en Donetsk y Lugansk corresponde a civiles, aseguró, al advertir que el desarrollo de la situación en lo adelante dependerá de la capacidad de diálogo de Ucrania.
En cuanto a la ronda del Grupo de Contacto celebrada el sábado reciente en Minsk dijo que pudo realizarse apenas en el tercer intento y "no por culpa nuestra" y atribuyó el fracaso del diálogo a los intentos de la parte ucraniana de imponer sus posiciones, a través de su enviado, el expresidente Leonid Kuchma, quien no forma parte del actual Gobierno.
Agregó que solo los delegados especiales de la RPD y RPL estamparon su firma en el texto negociado el 15 de enero último sobre el repliegue del armamento pesado.
Los representantes de las regiones rebeldes fundamentan su postura en las negociaciones a partir de las nuevas realidades surgidas desde el 9 de enero, cuando, según las RPD y RPL, Kiev rompió unilateralmente la tregua con potentes descargas de artillería a las zonas residenciales.
Una semana después el presidente Petro Poroshenko decretó un ataque masivo a las posiciones de las milicias en el Donbass, con una abierta ofensiva sin precedentes en magnitud de fuerzas y despliegue de armamento de gran calibre.
Según Pushilin, la reanudación de ataques indiscriminados a las ciudades obligó a las milicias pasar a la contraofensiva y mover la línea del frente hacia las fronteras de la región para proteger a las poblaciones.
Insistió en que cese el fuego pues, de lo contrario, se acrecentará el número de víctimas, y llamó a los militares ucranianos cercados hace una semana en la ciudad estratégica de Debaltsevo -en el noreste de Donetsk- deponer voluntariamente las armas.
Nadie será tocado, actuamos absolutamente de forma humanitaria, subrayó Pushilin al alegar que los milicianos "no combatían contra Ucrania, sino contra quienes desataron la guerra", no declarada, apuntó.
El dirigente rebelde se refirió la crítica situación de los pobladores de Debaltsevo y de Uglegorsk sin alimentos, agua ni medicina, en medio del fuego cruzado de milicianos, el ejército regular y las agrupaciones de la Guardia Nacional ucraniana.
PL