25-11-2024 07:00 AM Tiempo de Jerusalén

El “golpe” del rey Salmán

El “golpe” del rey Salmán

El rey Salmán, el nuevo rey de Arabia Saudí, llevó a cabo el pasado jueves una importante remodelación del gobierno y destituyó a dos hijos y un nieto de fallecido rey Abdulá de sus cargos.

El rey Salmán, el nuevo rey de Arabia Saudí, llevó a cabo el pasado jueves una importante remodelación del gobierno y destituyó a dos hijos y un nieto de fallecido rey Abdulá de sus cargos. Uno de los hijos de Abdulá, el príncipe Mishaal, ocupaba el cargo de gobernador de Meca y el otro, Turki, ostentaba el mismo cargo en la capital, Riad.

El sobrino de Abdulá, Bandar bin Sultan, ex jefe del servicio de inteligencia de Arabia Saudí, fue apartado de sus cargos de secretario general del Consejo de Seguridad Nacional y de consejero del rey. Bandar es conocido por haber sido embajador de Arabia Saudí en EEUU durante 22 años y por ser uno de los grandes patrocinadores del terrorismo en Siria e Iraq. Su caiga en desgracia vino producida, sobre todo, por el fracaso de su política en Siria.

El jefe de la Inteligencia General, príncipe Jalid bin Bandar bin Abdul Aziz al Saúd, ha sido también destituido. Otros cargos de la Autoridad Portuaria, la Comisión Anticorrupción y la Policía Religiosa también serán cambiados.

Salmán ha nombrado a su propio hijo, el príncipe Mohammed bin Salman, como ministro de Defensa y jefe de la Guardia Real, reemplazando en este último puesto a Jalid al Tuayiri, que había sido calificado durante mucho tiempo de “hacedor de reyes”.

El príncipe Jalid al Faisal ha recibido el Ministerio de Educación con el encargo de limpiarlo de la influencia de los islamistas que lo habían controlado, junto con su curriculum, durante decenas de años.

Estos cambios han sido vistos como un intento del rey Salmán de cimentar su poder. Otra medida que va en esta dirección es la concesión de dos meses de salario como prima a todos los empleados civiles y militares del gobierno.

El retorno de los Sudairis

Horas después de que Abdulá muriera el pasado 23 de enero, el poderoso ministro del Interior, Mohammed bin Nayef, se convirtió en el segundo en la línea de sucesión, detrás del príncipe Muqrin, de 69 años, el último hijo vivo del fundador del reino wahabí, Abdul Aziz bin Saúd. Mohammed bin Nayef pertenece a la “segunda generación”, la de los nietos de Abdul Aziz. Él ocupó así el puesto había recaído anteriormente en el Miteb, hijo del rey Abdulá.

El nombramiento del príncipe Mohammed bin Nayef significa también el fortalecimiento del control por parte de la rama de los Sudairis, un grupo de siete príncipes provenientes de la misma madre, Hassab, y sus descendientes. Hassab, esposa del rey Abdul Aziz, era miembro de la tribu de Sudairi, uno de cuyos jefes, Ahmad bin Mohammed al Sudairi, fue uno de los grandes aliados del monarca y fundador. La influencia de este grupo había experimentado un declive durante el reinado del rey Abdulá, en el que los miembros de la rama rival, los Shemari, ostentaron el poder.

Los dos principales desafíos de Salman son dos: el de hacer frente a las demandas económicas y sociales de la nueva generación -cabe recordar que el 60% de los saudíes tienen menos de 21 años- y el de hacer frente al creciente fenómeno del terrorismo del EI, que se está infiltrando en el país favorecido por la similitud de ideologías: tanto el reino como el EI se adhieren a la corriente del wahabismo.

En el terreno político, no se espera, sin embargo, que Salmán impulse ningún proyecto de reforma. “Continuaremos adhiriéndonos a las correctas políticas que Arabia Saudí ha seguido desde su establecimiento”, dijo Salmán en una reciente declaración. El nombramiento como príncipe heredero de Mohammed bin Nayef -un impulsor de duras medidas de represión contra la oposición- es visto como signo de que el país no emprenderá ninguna reforma que pueda dar alguna participación a los ciudadanos en un sistema en el que todo el poder y los recursos del país se concentran en las manos de la familia real.

El opositor saudí, exiliado en el Reino Unido, Hamze al Hassan, considera que la consolidación del poder del ministro del Interior ha sido una demanda de los norteamericanos, de los que él es un hombre de confianza. “Hace dos meses y medio Mohammed bin Nayef visitó Washington y hace unos diez días una delegación del Congreso de EEUU visitó Riad y abordó allí el tema del segundo príncipe heredero. Los congresistas expresaron francamente que ellos querían que el puesto recayera en Mohammad bin Nayef”.

Según Hassan, el príncipe heredero Muqrin, que es el único no miembro del clan de los Sudairis (su madre es yemeni), podría ser destituido en favor de Mohammed al Nayef en el momento propicio.