Grecia ha advertido que si la UE y Alemania continúan rechazando un nuevo paquete de sustitución que permita reestructurar la deuda griega, Atenas buscará ayuda financiera en otra parte.

Grecia ha advertido que si la UE y Alemania, el país más influyente de la Unión, continúan rechazando un nuevo paquete de sustitución que permita reestructurar la deuda griega y flexibilizar las rígidas medidas de austeridad que han llevado a la población a la pobreza y al país a una situación de decrecimiento económico, Atenas buscará ayuda financiera en otra parte, como EEUU, Rusia o China.

La advertencia provino del nuevo ministro de Defensa, Panos Kammenos, que asumió el cargo después de que el partido de izquierda Syriza ganara las elecciones generales y su líder Alexis Tsipras se convirtiera en primer ministro.

“Lo que queremos es un acuerdo. Pero si no hay acuerdo y si vemos que Alemania continúa con sus posiciones rígidas y quiere destruir Europa tenemos la obligación de pasar al plan B. El Plan B es conseguir financiación de otras fuentes”, dijo Kammenos en la televisión griega.

“Podría ser mejor EEUU o podría ser Rusia o podría ser China u otros países”.

Syriza consiguió una mayoría de votos gracias a su plataforma de euro-escepticismo y una promesa de oponerse a las duras medidas de austeridad impuestas a la empobrecida nación griega por la troika de acreedores (el Banco Central Europeo, la Comisión Europea y el Fondo Monetario Internacional) a cambio de un rescate.

Kammenos no es miembro de Syriza, sino que proviene de Griegos Independientes, un aliado nacionalista en la coalición de gobierno. Sin embargo, ambos partidos convergen en sus puntos de vista en un “80% de los temas”, incluyendo el tema de la deuda.

El nuevo gabinete griego quiere que parte de la deuda externa sea eliminada y que las restricciones presupuestarias que Grecia sufre sean eliminadas con el fin de utilizar el gasto público para favorecer la actividad económica y el crecimiento. Sin embargo, la UE y Alemania han rechazado estas peticiones.

Poco después de la victoria de Syriza, Moscú indicó que consideraría ofrece un préstamo a Grecia.