23-11-2024 04:44 AM Tiempo de Jerusalén

China ayuda a Argentina a defender su soberanía

China ayuda a Argentina a defender su soberanía

La visita de la presidenta de Argentina a Pekín ha marcado una nueva etapa en el proceso de emancipación política del país.

La visita de la presidenta de Argentina a Pekín ha marcado una nueva etapa en el proceso de emancipación política del país. La intervención determinada y vigorosa de Cristina Fernández de Kirchner contra los ataques a la soberanía de Argentina ante la Asamblea General de la ONU en octubre de 2014 había marcado ya un punto de inflexión.

Fernández denunció la intervención de la justicia estadounidense, que echó abajo un plan de reestructuración de la deuda soberana argentina largamente preparado y que hacía recibido el aval de todos los bancos acreedores implicados, salvo un fondo de inversiones de Nueva York que detentaba el 1% de tal deuda. La justicia estadounidense decidió que este fondo debía recibir la totalidad de las sumas que le eran debidas, pero, en una medida atentatoria contra la soberanía argentina, la sentencia afirmaba que si esta medida no era implementada, la totalidad del plan de reestructuración de la deuda debía quedar bloqueado.

Hace falta subrayar, en primer lugar, que todas las deudas fueron suscritas por Argentina con anterioridad a la llegada al poder de Néstor Kirchner y que todos los acreedores habían aceptado renunciar al 50% de sus deudas de más de 30 años de antigüedad.

La presidenta argentina ha sido igualmente objeto de ataques por parte de aquellos que le reprochan haber firmado un memorando con Irán para conjugar los esfuerzos de los dos estados en la búsqueda de la verdad en relación al famoso atentado contra los locales de AMIA (una asociación cultural judía) en 1994.

Este atentado fue inmediatamente atribuido sin pruebas a Irán por Israel y medios sionistas argentinos. Sin embargo, Irán ha negado toda responsabilidad en el mismo. Con la firma del memorando, Argentina e Irán se comprometieron a cooperar en la investigación de estos hechos. La reacción de los grupos sionistas a esta decisión fue muy viva porque desmontaba la versión propagandística, mantenida durante los últimos veinte años y nunca demostrada, contra Irán. Ante la propia Asamblea General de la ONU, Cristina Fernández defendió su elección y denunció las amenazas de muerte que ha sufrido.

Ella ha continuado avanzando en su búsqueda de la verdad y tomó una decisión trascendental al destituir al jefe del servicio de inteligencia argentino, Antonio Stiuso, que llevaba 40 años en su cargo. Este personaje había sobrevivido políticamente desde los tiempos de la dictadura militar. Muchos argentinos creen que esta permanencia en el puesto no podía explicarse más que por el apoyo constante de Washington a Stiuso. El fiscal Nisman, un sionista convencido que lanzó acusaciones sin pruebas no sólo contra Irán sino contra la propia presidenta Fernández, estuvo apoyado por Stiuso del que fue un próximo durante muchos años. Justamente pocas horas antes de que Nisman tuviera que rendir cuentas por sus alegaciones sin fundamente contra la presidencia argentina apareció muerto.

Frente a todas presiones que sufre Argentina desde el exterior, y de las que Fernández es plenamente consciente, ella decidió cambiar su política exterior. Esta nueva orientación acaba de dar un paso muy significativo con su visita oficial a Pekín, donde ella se entrevistó con el presidente chino, Xi Jinping. Las visitas de responsables chinos a Buenos Aires se han multiplicado en estos últimos años y han desembocado en proyectos de cooperación económica y en otros campos (transportes, energía, electrónica etc).

La visita de Fernández a Pekín tuvo también una dimensión militar importante. Argentina va a comprar a China o construir en base a acuerdos de transferencia tecnológica algunos sistemas de armas como corbetas (que llevarán el nombre de Clase Malvinas), helicópteros, vehículos blindados (Modelo Norinco VN1), vehículos anfibios, rompehielos, remolques de alma mar, morteros etc. Los observadores militares no excluyen la adquisición de cazas chinos FC1. Estas compras tienen lugar en el marco de un programa firmado por los dos países el 29 de Octubre de 2014.

En el mundo multipolar actual es posible romper la dependencia del imperialismo estadounidense hallando otros socios como China, Rusia y otros. Estos países ofrecen los medios de defensa para los gobiernos que manifiestan su independencia y se niegan a ser, como en el pasado, el patio trasero de EEUU.