Por segunda vez en dos días, el veto ruso en el Consejo de Seguridad ha abortado la aplicación de medidas coercitivas contra los huthis en Yemen, bajo el Capítulo VII de la Carta de la ONU.
Por segunda vez en dos días, el veto ruso en el Consejo de Seguridad ha abortado la aplicación de medidas coercitivas contra los huthis en Yemen, bajo el Capítulo VII de la Carta de la ONU, informó el periódico libanés Al Akhbar.
Este capítulo permite ejercer presiones económicas e incluso militares para hacer aplicar una decisión del Consejo de Seguridad.
El proyecto de resolución, presentado por el Reino Unido y Jordeania, llamaba a los huthis a “participar de buena fe” en las negociaciones llevadas bajo la égida de la ONU, a “retirar sus fuerzas de las instituciones del Estado” y “ceder el control a las instituciones gubernamentales y de seguridad”.
El proyecto de resolución llamaba igualmente a “liberar al presidente Abd Rabbo Mansur) Hadi, a su primer ministro y a los miembros del gobierno”, que se encuentran en arresto domiliciario, según AFP..
Por su parte, los países del Golfo, que califican de “golpe de estado”, la Declaración Constitucional promovida por los Consejos Revolucionarios pro-huthis, continúan intentando presionar a la comunidad internacional para que lleve a cabo una intervención militar en Yemen, como sucedió en el caso de Libia.
En reacción, el portavoz de los huthis, Mohammed Abdelsalam, ha reiterado que “el pueblo yemení no cederá ante ninguna amenaza” y afirmó que su movimiento ha llevado a Yemen a “un proceso de autodeterminación, al abrigo de toda tutela extranjera”.
Por su parte, Mohammed al Bajiti, miembro del Consejo Político de los huthis, ha juzgado normal el comunicado hostil del Consejo de Cooperación del Golfo, ya que “los miembros de ese órganos han actuado siempre en contra de los intereses de Yemen”.
Las seis monarquías del Golfo reclamaron al término de una reunión ministerial el sábado en Riad medidas coercitivas inmediatas contra los huthis al abrigo del Capítulo VII de la Carta de la ONU. Una demanda que ha fracasado gracias al veto ruso.