Un prominente analista político dice que los miembros del antigubernamental Ejército Libre de Siria no son desertores del Ejército sino militantes respaldados, financiados y armados por EEUU, Israel y Turquía.
Un prominente analista político dice que los miembros del antigubernamental Ejército Libre de Siria no son desertores del Ejército sino militantes respaldados, financiados y armados por EEUU, Israel y Turquía.
En un artículo publicado el 20 de noviembre en el sitio web Global Research, con sede en Tailandia, Tony Cartalucci experto en geopolítica citó un informe del Instituto Internacional de Estudios Estratégicos, que indica que la oposición de Siria está armada y dispuesta a arrastrar al país a más violencia.
“El informe contrasta fuertemente con la propaganda transmitida a través de los medios corporativos y los ministros de relaciones exteriores de Occidente que diariamente presentan la violencia como unilateral y al presidente de Siria Bashar al-Assad matando a tiros a “una multitud de manifestantes pacíficos y que portan carteles”, escribió Cartalucci.
Él afirma que el que se autodenomina un “movimiento pro-democracia” se está convirtiendo en un grupo de militantes extremistas entrenados por británicos y las agencias de inteligencia de EEUU “cuyo liderazgo radica en Londres y Washington y sus soldados de a pie suministran un flujo constante de apoyo militar encubierto a dichos militantes, así como un apoyo retórico público a través de los medios de comunicación corporativos.”
El artículo describe los disturbios en Siria, que han causado la muerte a miles de personas, entre ellas a cientos de agentes de seguridad, como financiados por intereses corporativos y financieros y que forman parte de una agenda planeada desde hace tiempo para lograr un cambio de régimen en toda la región de Oriente Medio.
Cartalucci dijo que el cambio de régimen en Siria fue planeado en una fecha tan temprana como 1991.
Él señala que las amenazas de Washington contra Siria cuentan con el respaldo secreto de los grupos de oposición dentro de Siria.
Cartalucci aludió a una admisión realizada por funcionarios del Departamento de Estado de EEUU en abril en el sentido de que Washington trataría de “construir unas instituciones democráticas” en Siria y que Damasco consideraba dicha acción “como una amenaza a su control sobre el pueblo sirio.”
Los cables secretos del gobierno publicados por los medios de comunicación de EEUU revelaron que Washington ha estado financiando a los grupos de la oposición siria al menos desde 2005 y continúa haciéndolo hasta el día de hoy, concluye el artículo.