El nombre de un nuevo presidente griego fue anunciado oficialmente el jueves tras un voto en el Parlamento el día anterior, escribió el jueves el periódico Novye Izvestia.
El nombre de un nuevo presidente griego fue anunciado oficialmente el jueves tras un voto en el Parlamento el día anterior, escribió el jueves el periódico Novye Izvestia.
Durante ese tiempo, la UE intenta comprender cómo evolucionarán las relaciones entre Atenas y Bruselas y cuál será la moneda utilizada por los griegos en el futuro. Las posibilidades de que Grecia salga de la zona euro son del 50-50, señaló.
Prokopis Pavlopoulos, del centro derecha, fue el vencedor. Su candidatura estuvo apoyada por la coalición en el poder dominada por el partido de izquierda radical Syriza, cuyo líder es el primer ministro, Alexis Tsipras. La elección de un político de derecha podría parecer extraña, pero no más que la alianza de los colaboradores de Tsipras en el seno de la coalición dirigente con el partido de los Griegos Independientes, de centro-derecha, que comparte con Syriza el rechazo a la política de austeridad. El país parece unirse bajo el eslogan de Syriza: “No a una política de reducción de los gastos públicos” llevada a cabo por el gobierno precedente en los cinco años anteriores. Y esta cohesión asusta cada vez más a la UE.
La izquierda, apoyada por la sociedad, desea una revisión de las relaciones financieras con la UE -la anulación o la reestructuración de una parte de las deudas del país, incluyendo su reembolso-. Estas deudas y las presiones de la UE han llevado a una reducción de gasto en Grecia que ha causado miseria y una fuerte caída en el nivel de vida de la población. La mayor parte de países de la UE, con Alemania en cabeza, se niegan a aceptar las demandas griegas.
El segundo programa de ayuda para el país expira el último día de febrero después de lo cual Grecia hará frente sola a sus problemas. La troika de acreedores -la Comisión Europea, el BCE y el FMI- quiere un acuerdo para un tercer programa de créditos a Grecia, aunque más reducido con respecto a los préstamos anteriores. Esto no conviene a Grecia, que considera los dos programas desarrollados hasta la fecha, que han estado sometidos a fuertes condiciones de austeridad, como erróneos, o incluso desastrosos.
Las negociaciones del pasado lunes entre los ministros de Finanzas de la UE y su homólogo griego han fracasado. El ministro griego, Yanis Varufakis, es probablemente el hombre más popular de Grecia hoy día. Sin embargo, a pesar de las declaraciones sobre la existencia de un Plan B en caso de fracaso de las negociaciones con los acreedores y la UE y las advertencias de que Grecia puede buscar préstamos fuera de la UE, algunos creen que el país podría declarar a mediados de marzo una suspensión de pagos en ausencia de una ayuda externa.
Si Grecia abandonara la zona euro, su moneda sería inmediatamente devaluada para pagar las deudas. Esto arreglaría los problemas del país, pero la unidad de la UE sufriría un fuerte perjudicio con consecuencias imprevisibles.