“Cualquiera excepto Netanyahu”. Éste parece ser el grito de los opositores israelíes al primer ministro que se mezcla estos días también en las bocas de estadounidenses y europeos.
“Cualquiera excepto Netanyahu”. Éste parece ser el grito de los opositores israelíes al primer ministro que se mezcla estos días también en las bocas de estadounidenses y europeos, indignados por sus diatribas contra el acuerdo nuclear con Irán y su rechazo a admitir un estado palestino.
Netanyahu, que se juega su reelección el martes, fue ignorado por la Casa Blanca durante su última visita a Washington donde él atacó ante los congresistas estadounidenses el acuerdo nuclear sobre Irán que los países del 5+1 quieren alcanzar. La Casa Blanca planteó como pretexto la proximidad de las elecciones israelíes para no recibir a Netanyahu, pero según el analista israelí Aaron David Miller, la idea de que un primer ministro israelí no pueda ser recibido antes de unas elecciones es totalmente falsa”.
Él recordó en este sentido las discusiones entre Bill Clinton y Shimon Peres organizadas en la Casa Blanca varias semanas antes de las elecciones legislativaas de Mayo de 1996. El mes pasado, el vicepresidente Joe Biden se reunió en Munich con el candidato laborista Isaac Herzog.
En resumen, “se ve a los primeros ministros que se quiere ver”, señala Miller.
La administración norteamericana ha enviado “un cierto número de señales que muestran sin ninguna duda que Netanyahu está dañando las relaciones israelo-norteamericanas”, señaló.
En Europa, la impresión cada vez más generalizada es que Israel se opone a un estado palestino y esto refuerza el frente favorable al boicot y las sanciones contra el estado sionista.
“Netanyahu ha sido verdaderamente una mala elección para Israel”, escribió recientemente el The Economist. Frente a él, Isaac Herzog “no es carismático”, señala la revista británica, pero “quiere negociar con los palestinos y cuidar los lazos con Obama. Merece una oportunidad”.
Los últimos sondeos dan a la Unión Sionista de Herzog una ventaja de cuatro escaños frente al Likud de Netanyahu.
El propio Netanyahu ha acusado a “los gobiernos occidentales y especialmente los escandinavos” de intentar expulsarle del poder gastando millones de dólares en las actuales elecciones israelíes. “Los gobiernos escandinavos han gastado millones de dólares en expulsarme del poder”, dijo en una entrevista con la estación israelí Kol Israel. “Ellos saben bien por qué prefieren a Herzog y a Livni que a mí”.
Por su parte, EEUU parece creer todavía en las negociaciones de paz entre Israel y los palestinos, rotas en abril. John Kerry ha viajado este fin de semana a Egipto, donde se entrevistará con el presidente palestino Mahmud Abbas, con el rey Abdulá de Jordania y el presidente egipcio Abdul Fattah al Sisi.
La Administración Obama está cada vez más preocupada por la viabilidad de la Autoridad Palestina, enfrentada a una grave crisis financiera, y busca hacer avanzar el dossier palestino-israelí después de las elecciones israelíes, siempre y cuando Netanyahu no esté en la fotografía.