Durante años, el Banco Mundial ha sido el prestamista principal para los países en vías de desarrollo, lo cual le ha otorgado una enorme influencia.
Durante años, el Banco Mundial ha sido el prestamista principal para los países en vías de desarrollo, lo cual le ha otorgado una enorme influencia. Y esto para el agrado de EEUU, que ostenta una considerable influencia y votos en las instituciones financieras internacionales, como el Banco Mundial y el FMI.
China ha promovido ahora, sin embargo, la creación del Banco Asiático de Inversión en Infraestructuras (AIIB), como alternativa al Banco Mundial y el Banco de Desarrollo Asiático, donde EEUU y Japón ostentan un poder dominante.
El AIIB fue creado en Pekín en 2014. La institución busca estimular las inversiones en Asia en especial en los dominios del transporte, la energía, las telecomunicaciones y otras infraestructuras.
Según China, un total de 26 naciones se han convertido en miembros fundadores. En su mayoría son países de Asia y Oriente Medio. Según el New York Times, China está promoviendo el banco entre las naciones asiáticas como forma de disminuir la influencia de EEUU y presentar una alternativa a las naciones en vías de desarrollo. Se trata de un banco que escapa a la dominación de Washington y sus aliados.
EEUU ha estado luchando, de este modo, contra el AIIB intentando convencer a todo el mundo que ignore esta nueva entidad que compite con las instituciones internacionales. Responsables norteamericanos han estado presionando a varias naciones asiáticas para convencerlas de que no se adhieran a la nueva institución, señala el New York Times. “En tranquilas conversaciones con los potenciales socios de China, responsables estadounidenses han presionado en contra del AIIB con una inesperada determinación y han llevado a cabo una vigorosa campaña para convencer a sus aliados que boicoteen este proyecto”.
La pasada semana, sin embargo, el Reino Unido anunció que se uniría al AIIB. Ahora, Francia, Alemania e Italia han seguido el ejemplo británico y tienen también intención de unirse a la institución.
Esta decisión de los cuatro países europeos supone un duro golpe a los esfuerzos norteamericanos para mantener a los países occidentales y aliados al margen de la nueva institución, señala el Financial Times.
Japón, Australia y Corea del Sur, todos ellos aliados de EEUU en la región de Asia y el Pacífico, no se han unido a la nueva institución aunque el primer ministro australiano, Tony Abbott, anunció este fin de semana que tomaría pronto una decisión final sobre este tema.
Corea del Sur ha indicado que está en discusiones con China y otros países y que estudiaría su posible adhesión.
Cuando el Reino Unido anunció su decisión de unirse al AIIB la pasada semana, la Administración Obama manifestó al Financial Times que esto formaba parte de una tendencia más amplia de un acercamiento de ese país hacia Chinna. En este sentido, el Reino Unido habría querido obtener la “ventaja del primero” adhiriéndose al AIIB antes que otros miembros del G-7 y buscaría también convertirse en el principal receptor de las inversiones chinas en Europa.