Los servicios de seguridad de Túnez buscan ahora a tres sospechosos de integrar el comando que la víspera mató a 20 extranjeros y dos nativos en un famoso museo de esta capital.
Los servicios de seguridad de Túnez buscan ahora a tres sospechosos de integrar el comando que la víspera mató a 20 extranjeros y dos nativos en un famoso museo de esta capital.
Otros dos hombres miembros del grupo atacante murieron en la operación de rescate de ocho turistas extranjeros tomados como rehenes dentro de edificio del Museo de Bardo, una de las atracciones tunecinas del turismo, principal industria económica nacional.
El presidente de Túnez ha prometido “combatir sin piedad” al terrorismo después del ataque al Museo de Bardo.
“Quiero que el pueblo de Túnez comprenda que estamos en guerra contra el terrorismo. Quiero que el pueblo tunecino esté tranquilo... Estos traidores serán eliminados”, dijo igualmente el presidente Beji Caid Essebsi en una alocución televisada el miércoles por la tarde. Él hizo especialmente alusión a los takfiris del EI.
Poco antes, él dijo a AFP que las autoridades harían todo lo posible para evitar que el “desastre” se reproduzca.
Por su parte, el primer ministro tunecino identificó a los dos asaltantes muertos en el Museo de Bardo del miércoles como Yassin Abidi y Hatem Khachnaoui.
Según el portavoz del Ministerio del Interior se trata “probablemente” de tunecinos.
El primer ministro habló también de dos o tres cómplices posibles.
Para Mohsen Marzouk, consejero político del presidente tunecino, el ataque “va dirigido contra nuestra economía” una referencia a la importancia del sector turístico para Túnez. “Pero no dejaremos que este golpe nos afecte. Y estoy seguro que el mundo mantendrá su confianza en nosotros”.
Centenares de tunecinos se manifestaron en el centro de la capital gritando eslóganes como “Túnez libre. Terrorismo fuera”.
UE responsabiliza al EI
Aunque aún no existe un autor declarado, la jefa de Exteriores de la Unión Europea, Federica Mogherini, no dudó en responsabilizar a EI y advirtió que ese movimiento, notorio por su crueldad en la eliminación de adversarios, “apunta una vez más a países del Mediterráneo”.
El asalto, en el que murieron turistas sudafricanos, europeos y dos latinoamericanos, evidencia las dificultades que enfrenta el veterano presidente Beji Caid Essebsi, 88 años, para el establecimiento de la calma tras varios años de turbulencias políticas.