EEUU y Cuba han terminado de forma abrupta su tercera ronda de conversaciones sobre el restablecimiento de relaciones diplomáticas sin ningún acuerdo en los temas espinosos.

Según el New York Times, EEUU y Cuba han terminado de forma abrupta su tercera ronda de conversaciones sobre el restablecimiento de relaciones diplomáticas sin ningún acuerdo en los temas espinosos y en una atmósfera de creciente tensión por la actitud hostil de EEUU hacia Venezuela, un estrecho aliado de Cuba.

Un pequeño grupo de responsables norteamericanos, liderados por Roberta Jacobson, la alta diplomática de EEUU para América Latina, llegó el domingo a La Habana y se reunió el lunes con sus homólogos cubanos. Las conversaciones terminaron sin ningún comentario público y a pesar de varias declaraciones anteriores de funcionarios del Departamento de Estado que habían contemplado un encuentro sin fecha límite que podría durar hasta mediados de semana.

El Ministerio de Exteriores cubano publicó una corta declaración el martes en la que se hacía eco del encuentro y señaló que él había sido llevado a cabo “en una atmósfera profesional” y señaló que las conversaciones continuarán en el futuro, señaló.

Jean Psaki, portavoz del Departamento de Estado, hizo comentarios similares en Washington diciendo que las discusiones habían sido “positivas y constructivas” y que progresos habían sido realizados, pero no especificó en qué.

Ambos lados han estado trabajando sobre un acuerdo para la reapertura de embajadas antes de que los jefes de Estado del continente se reúnan en Panamá el 10 y 11 de abril para la Cumbre de las Américas en las que participarán los presidentes Barack Obama y Raúl Castro.

Aunque Obana ha señalado que espera que las embajadas sean establecidas antes de la cumbre, Psaki pareció poner fin a esa expectativa diciendo: “No creo que hayamos puesto un plazo límite”.

Ella añadió: “Hay que hacer progresos en estos temas específicos y conseguir un acuerdo sobre lo que hay que hacer. Obviamente, continuaremos trabajando en ello”.

La declaración cubana del martes se produjo después de que Castro llegara a Caracas, la capital de Venezuela, para participar en un encuentro de naciones miembros del ALBA, donde se mostró la solidaridad con Venezuela y el presidente Nicolás Maduro.