El jefe de la llamada oposición siria fuera de Siria dijo que su grupo pro-occidental tiene como objetivo cortar las relaciones militares de Damasco con Irán y dejar de apoyar a la Resistencia de Hezbolá.
El jefe de la llamada “oposición siria” fuera de Siria dijo -nueve meses después del inicio de los disturbios en el país árabe- que su grupo pro-occidental tiene como objetivo cortar las relaciones militares de Damasco con Irán y dejar de apoyar a la Resistencia de Hezbolá.
En declaraciones a The Wall Street Journal el miércoles, el presidente del llamado Consejo Nacional Sirio, Galiun Burhan, describió los objetivos de su lucha contra el gobierno de Siria como “parte de una reorientación más amplia de Siria hacia una alianza con las principales potencias árabes de la región.”
Hasta ahora, miles de hombres de seguridad sirios, soldados y civiles, han muerto, principalmente en enfrentamientos con bandas armadas leales a Galiun y el CNS. La televisión nacional siria y otros canales por satélite sirios han denunciado lo que califican de conspiración contra Siria. Decenas de “matones” han dado testimonio de la muerte de civiles y militares ante los canales por satélite que están a favor del CNS y los medios de comunicación sirios refutan estas afirmaciones mediante imágenes, fotos, y testimonios.
Siria, junto con Irán, Hezbolá y la resistencia palestina, constituye el principal obstáculo en el camino hacia un nuevo Oriente Medio dominado por EEUU e Israel. Aunque respaldado por EEUU y muchos de los regímenes árabes, incluyendo el entonces gobierno libanés dirigido por Fouad Siniora, Israel intentó en 2006 aplastar a Hezbolá, pero sufrió una severa derrota. Irán ha estado bajo una fuerte presión para detener su programa nuclear con fines pacíficos, pero más de 30 años de sanciones y guerras no han podido doblegar a la República Islámica. Asimismo, en 2008-2009 Israel trató de acabar con la resistencia palestina (Hamas) en Gaza, pero tal intento constituyó también un fracaso.
Siria, por su parte, es el principal apoyo de estos movimientos de resistencia y, probablemente, el último país árabe que considera todavía a Israel como el único enemigo de los países de la región. Según el Wall Street Journal, lo que está ocurriendo en Oriente Medio “ha degenerado en una lucha de poder que enfrenta a EEUU y sus aliados árabes, como Arabia Saudita, en contra de Irán y sus aliados. Siria es considerado como el premio central debido a su posición estratégica y su papel en el conflicto árabe-israelí”.
Galiun ha pedido a la comunidad internacional que adopte “medidas agresivas, incluida la posible creación de una zona de exclusión aérea en Siria”.
El gobierno sirio ha advertido en contra de tal movimiento, así como el establecimiento de una zona colchón en territorio sirio, cerca de la frontera con Turquía, por parte de fuerzas extranjeras. “Siria no es Libia”, dijo un responsable sirio. Se refería a Bengasi, que se convirtió en la ciudad central desde la que la revolución libia inició su campaña anti-Gaddafi y acabó por derrocar a su régimen con el apoyo de la OTAN.