Una proliferación de armas chinas al mismo tiempo eficaces y baratas reducirá sensiblemente la posibilidad de Washington de injerirse militarmente en los asuntos internos de otros países.

Una proliferación de armas chinas al mismo tiempo eficaces y baratas reducirá sensiblemente la posibilidad de Washington de injerirse militarmente en los asuntos internos de otros países, señaló una revista estadounidense.

En el curso de los diez próximos años, el mundo rebosará de armas chinas eficaces, pero baratas y esto hará más difícil que EEUU pueda interferirse en los asuntos internos de otros países, afirma la revista Foreign Policy.

“Los sistemas de armas chinos son a menudo mucho menos caros que los de los otros exportadores. E incluso si ellos no son mejores que los sistemas similares rusos o estadounidenses, son lo suficientemente eficaces”, constata la revista.

Parece, pues, que los países en vías de desarrollo, que no podían hasta ahora permitirse comprar armas más que las de ocasión que datan de la Guerra Fría, podrán adquirir próximamente todo lo que quieran -desde aviones de caza supersónicos a barcos de guerra ultramodernos pasando por misiles de gran precisión- sin que sus presupuestos se vean arruinados.

La época en la que las fuerzas estadounidenses poseían una libertad de acción absoluta en el escenario internacional toca a su fin. Es cada vez más difícil interferirse en los asuntos internos de otros países sin sufrir pérdidas sustanciales.

Según Foreign Policy, la proliferación de armas chinas podría, sin embargo, desestabilizar más las regiones sacudidas por hostilidades entre países vecinos: si un beligerante compra armas más avanzadas, sus adversarios harán lo propio porque se sentirán amenazados.

Según el Instituto Internacional de Investigaciones sobre la Paz de Estocolmo, China es el tercer exportador mundial de armas después de EEUU y Rusia.