La aparición pública del líder de Hezbolá ha sido uno de eventos más importantes de la conmemoración de Ashura en el Líbano este año.
La aparición pública del líder de Hezbolá ha sido uno de eventos más importantes de la conmemoración de Ashura en el Líbano este año.
Dichas apariciones han sido raras desde el año 2006, cuando las amenazas israelíes contra él se agudizaron. Mucha tinta y saliva se han dedicado a su aparición durante varios minutos al final de la procesión del martes.
Enemigo del exterior: un mensaje de confianza
Innegablemente, los primeros interesados en este hecho fueron los israelíes.
Según Haaretz, la “rara aparición, la primera desde 2006” fue “un mensaje de confianza” dirigido a la opinión pública, en un momento en que el mundo árabe hace frente a revoluciones, especialmente en Siria”, que forma, junto con Irán, uno de los dos principales apoyos de Hezbolá.
El periódico israelí destacó, sobre todo, las palabras del jefe de la resistencia libanesa en las que él dijo que Hezbolá estaba listo para enfrentarse a Israel y continúa engrosando sus filas y armándose todos los días.
El periódico precisó que él hizo su aparición anterior en 2008 (durante la procesión de Ashura también), pero, sin embargo, sólo durante un momento, mientras que la aparición del martes duró más tiempo.
El Yediot Aharonot también se interesó en este hecho, al considerarlo “un mensaje de desafío a todos los que creen que pueden asustarle o amenazarle”. El diario afirmó que su seguidores le recibieron con gritos de “Muerte a Israel”, y señaló que la interacción entre él y los participantes fue “notable”.
Los opositores del interior: levantar la moral
Los opositores del interior también presenciaron el evento y aprovecharon la oportunidad para arremeter contra el líder de la Resistencia. “Su aparición buscó elevar la moral de su público deprimido”, dijo el miembro del Movimiento del Futuro, Mohammad Fatfat, que cree que la decisión unilateral del primer ministro, Nayib Mikati, de pagar la parte de la financiación del Líbano para el Tribunal Especial para el Líbano fue un duro golpe contra Hezbolá. Él hizo notar que esta cantidad fue tomada de una caja especial, y no del presupuesto, debido a la negativa de la mayoría de los ministros del gobierno a dicha financiación.
Compartiendo la opinión de Fatfat, el diputado Elie Maruni, de la Falange, dijo que Sayyed Nasralá declaró la guerra a todo el mundo, ya que, según él, “justificó el recurso a las armas, ha minado el Estado y ha socavado cualquier iniciativa de diálogo.”
Moderados: un mensaje en doble sentido
Para los más moderados, la aparición es un mensaje en dos direcciones: contra el enemigo israelí y contra los adversarios del interior, que salieron a las calles de Trípoli, en el norte de Líbano, la semana pasada. Durante la reunión del Movimiento del Futuro, en Trípoli, el líder del Movimiento del Futuro, Saad Hariri, estuvo ausente y se contentó con una simple alocución, a través de una pantalla, desde París.
Ellos establecieron una comparación entre la presencia de los líderes de Hezbolá, a pesar de los peligros que enfrentan (aviones israelíes sobrevolaron el suburbio del Sur durante su comparecencia) y la ausencia de Hariri, cuyas apariciones en Twitter han sido el hazmerreír de algunos editorialistas, incluida la directora del canal de televisión Al Yadid, Mariam Bassam.
SNC: no hay necesidad de un certificado del nacionalismo
Un miembro del Consejo Nacional sirio Samir Nachaz también respondió a Sayed Nasrallah: “No necesitamos un certificado de nacionalismo ni de Sayed Nasralá ni de Bashar al-Assad”, dijo.
En su discurso, Sayed Nasralá dijo el jefe de la CNS, Bourhan Galiun, había declarado que no habrá ningún privilegio para Irán o Hezbolá si el Consejo llega al poder. A esto, Sayed Nasralá respondió diciendo que el régimen que éstos querían establecer en Damasco era “un sistema de concesiones, traición y capitulación ante Israel.”
El aspecto de seguridad
El aspecto técnico también fue objeto de análisis por algunos expertos, que han contado el número de minutos de su aparición. “Me dieron unos minutos”, dijo Sayed Nasralá, en las primeras palabras que dijo. El “ellos” corresponde a su servicio de seguridad. “No le permitieron más de 9 minutos,” dijo un experto que pidió el anonimato. Y “tan pronto como 5 minutos pasaron, uno de sus guardias de seguridad le presionó la mano”.
Durante esta breve aparición, dos aviones israelíes sobrevolaron el suburbio del sur de Beirut a mayor altitud. El miércoles por la mañana, ocho aviones israelíes violaron el espacio aéreo libanés.