China ha logrado reunir alrededor de su proyecto para la creación del Banco Asiático de Inversiones en Infraestructuras (BAII) a algunos de los aliados más próximos de EEUU.

A pesar de los esfuerzos realizados por la Administración Obama para llevar a cabo un viraje hacia Asia, China ha logrado reunir alrededor de su proyecto para la creación del Banco Asiático de Inversiones en Infraestructuras (BAII) a algunos de los aliados más próximos de EEUU, señala el periodista norteamericano Wayne Madsen.

Francia, Italia, España, Holanda y Alemania han decidido seguir el ejemplo del Reino Unido, uno de los primeros en anunciar su intención de unirse al BAII. Incluso el último bastión neocón en la región de Asia y el Pacífico, Australia, ha decidido unirse al Banco en un desafío sin precedentes a Washington.

Wayne Madsen constata que “la gran huida” de los acólitos de EEUU al campo del BAII ha provocado una reacción al más alto nivel: el secretario del Tesoro de EEUU, Jacob Lew, ha viajado a China. La razón oficial de esta visita era la de tratar con las autoridades chinas para que renuncien a las medidas dirigidas a frenar un crecimiento de valor del yuan, ya que dicho crecimiento, según EEUU, “ayudaría a la economía mundial”. En realidad, según el periodista, esta viaje fue un acto de desesperación. Además del BAII, el Banco de Desarrollo del BRICS ha ganado también en importancia, mientras que los llamamientos en favor de continuar apoyando a las actuales instituciones financieras dominadas por EEUU (el FMI, el Banco Mundial, el Banco Asiático del Desarrollo etc) ya no tienen ningún efecto.

El traspaso del control de los flujos financieros desde Wall Street y la City londinense hacia los nuevos fondos y bancos de desarrollo situados en Pekín y Shanghai ya un hecho consumado que servirá para liquidar el orden establecido, señala el periodista estadounidense.

Todo el mundo, incluidos los aliados de EEUU, comienza a reconocer que “el mundo estadounidense” está dejando paso “al mundo chino”, que dispone del apoyo de los BRICS y de los nuevos socios de Pekín en el marco del BAII, concluye Madsen.