Nuevo golpe a la CIA en el Líbano.
Nuevo golpe a la CIA en el Líbano. Después de desmantelar las redes de espionaje que operan en nombre de la Inteligencia de EEUU en el Líbano, y tras las revelaciones de los últimos meses por parte de Hezbolá acerca de los nombres de los oficiales que trabajaban para la CIA, la Resistencia islámica ha ido más allá ahora al revelar informaciones secretas sobre la estructura de la agencia estadounidense en el Líbano.
En declaraciones a la estación de televisión Al Manar, en la noche del viernes, el parlamentario de Hezbolá Hassan Fadlalá proporcionó los nombres, las fechas de nacimiento, los apodos de los agentes de la CIA en el Líbano, el mecanismo de su actuación y sus técnicas de reclutamiento.
La Resistencia Islámica dio a conocer en detalle las actividades de inteligencia de la CIA a partir de un asiento permanente en uno de los edificios de la Embajada de EEUU en Aukar (Beirut), “que gestiona y controla una serie de redes distribuidas por todo el territorio libanés en los diferentes sectores: políticos, sociales, educativos, médicos, militares ...”
En cuanto a la estructura de esta oficina, Hassan Fadlalá dijo que el jefe de la CIA en Líbano es el funcionario Daniel Patrick McFeely, nacido 29 de Junio de 1966. Él sucedió a Luis Kahi, que dejó su cargo a principios de 2009.
Según el informe, difundido por Al Manar, McFeely actúa bajo la cobertura de un diplomático que trabaja en la Embajada de EEUU. Él lidera un equipo de diez funcionarios, entre ellos mujeres, responsables de dirigir la acción de espionaje en el Líbano y manejar las redes vinculadas a la Inteligencia de EEUU.
Todos ellos operan bajo la cobertura de diplomáticos de la Embajada de EEUU, pero otros funcionarios a menudo vienen de fuera por un corto período (semanas o meses) para realizar tareas bien definidas y luego regresan a su país.
Entre estos oficiales, el informe cita a: Rosendo Cedano, Chuck Lisenbee, Sarah Getter y otros funcionarios que actúan bajo nombres falsos como “Nick”, “Jim”, “Youssef”, “Lisa” y “John”.
La Resistencia Islámica también reveló detalles sobre la actuación de los oficiales de la Inteligencia estadounidense, que se reunían con sus agentes libaneses en lugares públicos tales como “Starbucks”, “McDonalds”, “Pizza Hut”, así como en los coches de los oficiales, que llevaban una placa diplomática de la Embajada de los EEUU.
El reportaje añade que las agencias de Inteligencia de EEUU en el Líbano buscan reclutar a personas de diferentes clases sociales y funciones en el Líbano (empleados del gobierno, oficiales del Ejército y de los servicios de seguridad, miembros de algunos partidos políticos libaneses, personalidades del campo político, religioso, social, médico, etc.
Se instruía a los agentes para recabar información sobre todo lo que se refiere a los miembros y dirigentes de Hezbolá: sus números de teléfono, direcciones, escuelas de sus hijos, dificultades financieras, los nombres de los líderes de Hezbolá en las aldeas, las armas en su poder, los depósitos de armas, las estructuras logísticas de la Resistencia y los miembros buscados por los israelíes, con el fin de facilitar su asesinato.
El mismo informe señala que durante la guerra de julio de 2006, las redes de Inteligencia de EEUU se movilizaron para detectar cualquier acción de resistencia. Ellos proporcionaron toda la información sobre lo que sucedía sobre el terreno a los israelíes, lo que permitió a los sionistas a bombardear algunos edificios y objetivos civiles.
Los estadounidenses con sede en Aukar también pidieron a sus agentes y espías informaciones sobre las instituciones médicas, sociales y financieras de Hezbolá, repartidas por todo el territorio libanés. En algunos casos, los oficiales estadounidenses suministraron a los israelíes la dirección de ciertas células de agentes de la CIA para poder dirigirse a ellas directamente.
Al final de la primera etapa del reclutamiento de un agente, se le daba la bienvenida a la Embajada de EEUU donde era sometido a interrogatorios para extraerle toda la información en su poder y se preparaba un dossier completo y detallado sobre él.
El informe de la Resistencia Islámica también reveló el grado de corrupción financiera dentro de la CIA, ya que los oficiales estadounidenses se embolsaban a menudo el dinero reservado para los informadores libaneses.
Aunque estos detalles son una “pequeña parte” de la información recogida por Hezbollá en la guerra de la inteligencia, Hassan Fadlalá pidió al Estado libanés que convoque oficialmente a la embajadora de EEUU en relación a este tema.