Mientras los wahabíes saudíes consideran una herejía visitar a la tumba de los grandes figuras del Islam no parece ocurrir lo mismo con la tumba de los presidentes de EEUU.

Mientras los wahabíes saudíes consideran una herejía visitar a la tumba de los grandes figuras del Islam y destruyeron las tumbas de los Compañeros del Profeta Muhammad y la vivienda de éste, de sus esposas y sus Compañeros, no parece ocurrir lo mismo con la tumba de los presidentes de EEUU.

El secretario general de Hezbolá, Sayyed Hassan Nasralá, reveló que la familia Al Saúd destruyó los mausoleos de los compañeros del Profeta en Abril de 1926.

El periódico Al Kaun colocó un reportaje sobre aquel hecho en ese tiempo y suministró fotos para probarlo.

Sin embargo, otro documento histórico muestra la visita de una delegación saudí, encabezada por el príncipe heredero Ibn Saúd, visitando Washington en 1947 y depositando flores en la tumba del primer presidente de EEUU, George Washington.

En su discurso del 17 de Abril, Sayyed Nasralá dijo que “después de que el rey fundador de Arabia Saudí, Abdel Aziz, se apoderara del Hiyaz en Abril de 1926, sus adeptos wahabíes destruyeron todos los vestigios históricos del Islam: las viviendas del Profeta, de sus esposas, de los miembros de su Sagrada Familia, las de sus Compañeros, los mausoleos de sus tumbas, las ciudadelas...

El juez que legitimaba estas destrucciones se dirigió también a Medina donde él quiso supervisar la destrucción de la Tumba del Profeta Muhammad. Esto ha sido transmitido en los libros de historia. Sin embargo, esto causó una indignación en el mundo islámico: en Egipto, en India, en Irán, en Turquía, en Siria...”

Él además advirtió que “la Sagrada Mezquita de Meca está bajo amenaza y no sabemos cuando ellos la destruirán”.