Engel está ahora convencido de que los secuestradores pertenecían al llamado “Ejército Sirio Libre”, apoyado por los países occidentales.

Fue un 13 de diciembre de 2012 cuando el periodista estadounidense que trabaja para la NBC, Richard Engel, así como otros cinco de sus colegas fueron secuestrados y transportados fuera de la ciudad de Maarrat Misrin, al noroeste de Siria.

Una vez liberados, cinco días más tarde, Engel acusó a “grupos fieles” al presidente, Bashar al Assad, de estar detrás de su secuestro y en particular los llamados “Shabbihas” (términos que ha sido utilizado por los grupos armados para diabolizar a los sirios que apoyan al Estado sirio o a los empleados públicos).

En el curso de una de sus numerosas entrevistas, Engel describió como él se encontraba en una zona bajo control de los grupos armados y viajando con un comandante rebelde y su equipo cuando ellos cayeron en una emboscada montada por “personas del gobierno”. “Nosotros supimos que eran del gobierno al oír lo que ellos decían”, afirmó Engel, que se conformó con estas conversaciones como prueba de sus acusaciones. Él afirmó además que sus captores habían sido “entrenados en Irán y reclutados por Hezbolá”.

Durante este supuesto secuestro, un vídeo colocado en YouTube mostró a los miembros del equipo apoyados contra un muro en el que existían inscripciones sobre el Imam Ali para acusar mejor a los shiíes o declaraciones como “Assad o incendiamos el país”.

Él contó también como el comandante rebelde trató, de forma heroica, de salvar sus vidas sacrificando la suya pero sin resultado y afirmó que “las fuerzas pro-gubernamentales han brutalizado, torturado y amenazado a los periodistas y han ejecutado a ciertos rebeldes”.

Todo esto terminó, señaló Engel, cuando sus captores cayeron accidentalmente en una emboscada y los rebeldes mataron a los primeros y liberaron a los periodistas, tratando a éstos con mucha amabilidad.

Engel se retracta

Sin embargo, 28 meses más tarde, Engel ha dado marcha atrás con respecto a todos sus testimonios. Él está ahora convencido de que los secuestradores pertenecían al llamado “Ejército Sirio Libre”, apoyado por los países occidentales.

“El movimiento que nos secuestró era sunní y no shií”, afirmó el periodista en un comunicado publicado el miércoles por la noche en el sitio de NBC.

Engel señala que el secuestro fue el fruto de un “ardid sofisticado” de sus secuestradores, deseosos de hacer creer a los periodistas que estaban en manos de milicianos pro-Assad.

Este cambio de postura se produjo al día siguiente de unas revelaciones aparecidas en el periódico norteamericano New York Times según las cuales el equipo de Engel fue probablemente secuestrado por rebeldes vinculados al Ejército Sirio Libre (ESL)

Se trataría del grupo llamado Brigada de los Halcones del norte de Idleb, según el New York Times. Sin embargo, el equipo habría sido liberado por otro grupo de rebeldes denominado Ahrar al Sham (próximo a Al Qaida).

Según el New York Times, “los periodistas de la NBC tuvieron desde el principio pruebas de que los secuestradores reales forman parte de milicias criminales afiliadas al ESL, una alianza lasa de rebeldes opuestos a Assad”.

Esta historia revela un método de acción, llevado a cabo de forma repetida desde el principio de la insurrección armada en Siria, según el cual los rebeldes comenten masacres, secuestros y otras acciones para atribuirlas al poder sirio con el fin de demonizarlo y provocar una intervención militar extranjera.

Una de las historias más emblemáticas fue el ataque químico llevado a cabo en agosto de 2013 en la Guta Oriental, que fue perpetrado en el primer día de la visita de una delegación de la ONU y atribuido por la oposición siria al Ejército gubernamental.

Éste debía ser el pretexto para una intervención estadounidense en Siria. Conocemos lo que ocurrió después.