La política norteamericana hacia Líbano ha quedado puesta en evidencia por las amenazas proferidas por los dirigentes de la Casa Blanca sobre una posible división en el país, que carecen de todo sentido.

La política norteamericana hacia Líbano ha quedado puesta en evidencia por las amenazas proferidas por los dirigentes de la Casa Blanca sobre una posible división en el país, que carecen de todo sentido.

A este respecto, el presidente del Consejo Maronita, el General Wahid el Jazen, una de las figuras religiosas cristianas más importantes en Líbano, ha rechazado las declaraciones del antiguo secretario de Defensa norteamericano, Ronald Rumsfeld, que acusa en sus memorias a Siria y a Hezbola de haber asesinado al ex primer ministro libanés, Rafiq Hariri.

“¿Cree el ex secretario de Defensa de EEUU, Donald Rumsfeld, que ayuda al pueblo libanés a proteger su paz civil acusando a Hezbola y a Siria de haber matado al ex primer ministro Rafiq Hariri sin ningún fundamento?”, afirmó El Jazen en un comunicado.

Según él, tales acusaciones equivalen a una incitación a la guerra entre sunníes y shiíes en base a unas presunciones que anticipan ya lo que será el acta de acusación del Tribunal Especial para Líbano. Todo este género de informaciones confirma que el TEL está politizado y no es más que un projecto para sembrar la división en Líbano y en el mundo árabe, señaló.

Él continuó diciendo: “Hemos pagado cara la política torpe de la Administración de George W. Bush, aunque las revelaciones han demostrado la falsedad de estas acusaciones contra el gobierno sirio y los cuatro oficiales que fueron liberados tras ser encarcelados sin pruebas por su supuesta implicación”.