El ex presidente Luiz Inácio Lula da Silva afirmó hoy que la élite capitalista brasileña teme su retorno al poder al participar en un acto por el 1 de mayo de gremios, movimientos sociales y populares
El ex presidente Luiz Inácio Lula da Silva afirmó hoy que la élite capitalista brasileña teme su retorno al poder al participar en un acto por el 1 de mayo de gremios, movimientos sociales y populares.
Tras reiterar su respaldo a la mandataria Dilma Rousseff, su rechazo a la propuesta de tercerización laboral y a una reducción de la mayoría de edad penal, Lula da Silva resaltó que la oposición, apoyada por la prensa, intenta involucrarlo en escándalos de corrupción, pues tienen terror de que sea candidato en las venideras elecciones.
Ante más 100.000 personas concentradas en Vale do Anhangabaú, en el centro de esta urbe, subrayó que la élite no acepta la posibilidad de su retorno al poder, a pesar de que con su gobierno (2003-2010) ganaron más dinero que con otros.
Rechazó todo lo expuesto en un artículo de la revista semanal Época, en el cual señala que el ex gobernante es investigado por tráfico de influencia internacional.
Según esa revista, Lula da Silva utilizó su influencia política a favor de la constructora brasileña Odebrecht para que lograra contratos de obras en países latinoamericanos y africanos.
Anunció asimismo que iniciará un periplo por el país para defender al gobierno de Rousseff y silenciar los intentos de la derecha de derrocarla con falsos argumentos.
Voy a dialogar con los desempleados, los campesinos, los empresarios y a desafiar a aquellos que no se conforman con el resultado de los últimos comicios y con la democracia, apuntó.
Aquellos que intentan meterse con Rousseff, entiendan que "se están metiendo también conmigo y con millones y millones de brasileños", enfatizó.
El ex mandatario criticó la propuesta de tercerización laboral y repudió las pretensiones de agrupaciones de derecha de querer debilitar los derechos de los trabajadores e imponer en Brasil un proyecto desenfrenado.
Convocado por la Central Única de Trabajadores, la Central de Trabajadores de Brasil e Intersindical, y por los movimientos de Trabajadores Rurales Sin Tierra y de los Trabajadores Sin Techo), el acto en Sao Paulo contó con la presencia de varios ministros y diputados del Partido de los Trabajadores.
Estas organizaciones defendieron además la implementación de una reforma política que asegure el fin del financiamiento privado de los partidos y de las campañas electorales, así como la imposición de un impuesto a las grandes fortunas.
La lucha de los trabajadores incluye igualmente el soporte del estado democrático de derecho y contra los sectores radicales que desean un golpe militar, así como respaldan el combate a la corrupción.
Durante la jornada se registraron igualmente actos y marchas en una treintena de ciudades brasileñas.
PL