Bajo la fuerte presión de EEUU, el gobierno jordano ha apoyado desde hace tiempo a varios grupos armados sirios, permitiéndoles crear bases y operar en su territorio.
Bajo la fuerte presión de EEUU y en un intento de llevar a cabo una política de cambio de régimen en Siria, el gobierno jordano ha apoyado desde hace tiempo a varios grupos armados sirios, permitiéndoles crear bases y operar en su territorio.
En teoría, esto buscaba reforzar a los grupos apoyados por EEUU como el llamado Ejército Sirio Libre. Sin embargo, Jordania ve ahora, sin embargo, que los principales beneficiarios de esta política son Al Qaida, el EI y otros grupos extremistas similares. Ello ha llevado a Ammán a cortar los vínculos con los grupos armados sirios y dirigir su atención a frenar el crecimiento de los grupos yihadistas, incluyendo Al Qaida, señala el periódico estadounidense Christian Science Monitor.
“Existe una opinión de que, después de cuatro años, ya no se puede contar ya con los rebeldes sirios”, dijo un analista jordano, que añade que el Frente al Nusra, vinculado a Al Qaida, controla ahora varias localidades y un paso fronterizo cerca de la frontera jordana.
EEUU no está dispuesto todavía a cortar sus vínculos con los rebeldes y busca un plan para apoyar a nuevas facciones armadas, pero la mayoría de asesores norteamericanos han señalado que estos nuevos grupos serán rápidamente dominados o absorbidos por el EI, el Frente al Nusra y otras organizaciones extremistas.
Jordania quiere entrenar a tribus en el Este de Siria para que luchen contra el EI como medio de oponerse al crecimiento de éste y otros movimientos terroristas, que han expresado también su deseo de derrocar al gobierno jordano.
La principal víctima de esta nueva política jordana será probablemente el Ejército Sirio Libre, que ha mostrado su inefectividad y está carcomido por divisiones internas. Este grupo se ha aliado también con Al Qaida en el norte y el sur de Siria en orden a lograr avances contra el Ejército sirio.
“Hay temor y frustración en Jordania porque, en lugar de a las fuerzas moderadas, el apoyo a los rebeldes en el sur ha fortalecido a Al Qaida, lo que supone también una amenaza a Jordania”, señala Hassan Abu Haniya, un analista político y experto en movimientos yihadistas.
“Existe la opinión de que después de cuatro años ya no es posible contar con los rebeldes sirios”. Según comandantes del ESL la frontera entre Jordania y Siria se ha convertido en “difícil” y se ha prohibido a prominentes comandantes del grupo entrar en Jordania.