La tregua anunciada por el ministro saudí estaba condenada al fracaso de todos modos ya que el Ministerio de Exteriores la había condicionado al “desarme” de los huthis.
Justo horas después de que el ministro de Exteriores saudí anunciara la aceptación por parte del reino wahabí de una “pausa humanitaria” de cinco días, el portavoz militar saudí insistió en que los ataques continuarán y se incrementarán con independencia de cualquier decisión de permitir la entrada de la ayuda humanitaria en el país.
Él dijo que “los huthis” pagarán el precio por resistir y que todas las opciones están sobre la mesa.
La tregua anunciada por el ministro saudí estaba condenada al fracaso de todos modos ya que el Ministerio de Exteriores la había condicionado al “desarme” de los huthis.
Esta oferta vacía parece haber sido hecha como un gesto dirigido a salvar la cara del secretario de Estado de EEUU, John Kerry. El ministro de Exteriores saudí, Adel al Yubair, anunció el cese el fuego después de las conversaciones con Kerry en Riad. Este último había manifestado que la tregua era “una gran oportunidad para aliviar la crisis humanitaria”.
Kerry quería demostrar en efecto que había alguna seriedad en sus llamamientos en favor de una “pausa humanitaria”. En realidad, tales llamamientos estadounidenses han estado dirigidos a intentar neutralizar los realizados por Rusia e Irán en favor de un cese el fuego inmediato e incondicional en el conflicto.
EEUU suministra todo tipo de ayuda militar a Arabia Saudí para permitir a este país continuar su guerra contra Yemen, incluyendo la entrega de bombas de racimo, prohibidas por un convenio internacional.
El bombardeo de la coalición liderada por Arabia Saudí no ha logrado detener el avance del Ejército y los Comités Populares en Yemen, y la preocupación internacional por las muertes de civiles está incrementándose.