En realidad, que Turquía y Arabia Saudí quieren derribar al presidente Bashar al Assad e imponer un régimen fundamentalista títere no es nuevo.
Tras meses de acusaciones sobre la implicación turca en el apoyo a los grupos terroristas -reconocidos así por la ONU- en Siria, y de la denuncia de este país sobre el respaldo de Turquía a dichos grupos en sus recientes ofensivas en la provincia norteña siria de Idleb, algunos responsables turcos han reconocido por fin dicho apoyo en declaraciones recogidas por el periódico Huffington Post.
Estos responsables turcos han manifestado que las recientes “ganancias” del Frente al Nusra, es decir de Al Qaida, fueron el resultado un acuerdo entre Erdogan y Arabia Saudí para intentar llevar a cabo un cambio de régimen en Siria. Este pacto fue suscrito durante la visita del presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, a Riad en marzo, donde se reunió con el rey Salmán. Las relaciones entre Riad y Ankara estuvieron tensas durante el período del fallecido rey Abdulá debido al apoyo de la Turquía de Erdogan a los Hermanos Musulmanes.
La ofensiva de Al Qaida en Idleb y los bombardeos de Yemen son parte de una guerra lanzada por Arabia Saudí contra Irán, que en Siria es librada a través de terceros, los grupos terroristas.
En realidad, que Turquía y Arabia Saudí quieren derribar al presidente Bashar al Assad e imponer un régimen fundamentalista títere no es nuevo. Lo que sí lo es es el abierto apoyo a Al Qaida, lo cual convierte a ambos países en patrocinadores directos del terrorismo y en una amenaza no sólo para Oriente Medio sino también para el mundo occidental.
Ambos países han intentado durante mucho tiempo provocar una intervención occidental contra Siria, mediante provocaciones de falsa bandera como el ataque químico de agosto de 2013 en la Guta Oriental, y en los últimos tiempos han visto con irritación la aproximación de los países occidentales, incluyendo EEUU, a Irán.
Los citados responsables turcos señalaron que Turquía está suministrando apoyo logístico y consejeros a los rebeldes dominados por Al Qaida añadiendo que este grupo terrorista no es visto por el gobierno de Erdogan como una amenaza a Turquía. Por su parte, Arabia Saudí financia a los terroristas mediante fondos.
Este nueva alianza terrorista llamada “El Ejército de la Conquista” logró tomar las ciudades de Idleb y Yisr al Sugur en abril, pero ha pasado a la defensiva ante la ofensiva del Ejército sirio. El acuerdo entre Turquía y Arabia Saudí ha dado lugar también a un mando conjunto en el noreste de Idlib. Allí, una coalición de grupos, entre ellos el Frente al Nusra y Ahrar al Sham, ambos vinculados a Al Qaida, coordinan los ataques y la actuación de los militantes armados en la provincia siria.
Preocupación occidental
Algunos países occidentales ven con preocupación esta nueva alianza turco-saudí-Al Qaida. Si esta nueva alianza tuviera éxito y tomara el control en Siria, el extremismo religioso en Oriente Medio sería ya quizás demasiado poderoso para ser detenido y una amenaza muy poderosa surgiría contra el mundo, incluyendo los países occidentales.
Un observador occidental advirtió, por su parte, en declaraciones al Huffington Post que “todos aquellos en Oriente Medio que han intentado utilizar el poder de los yihadistas en su interés han visto luego como éstos se volvían ellos. Siempre les ha salido el tiro por la culata”.