La secretaria general adjunta de Naciones Unidas Valerie Amos afirmó el lunes que de respetarse la tregua pactada a partir de mañana en Yemen.
La secretaria general adjunta de Naciones Unidas Valerie Amos afirmó el lunes que de respetarse la tregua pactada a partir de mañana en Yemen, la organización estará en condiciones de aumentar la asistencia a las víctimas del conflicto.
“Resulta indispensable que todos los actores de la crisis materialicen el alto el fuego previsto, en aras de aliviar la situación de cientos de miles de civiles afectados por los combates”, afirmó en un comunicado.
Hace tres días, el secretario de Estado norteamericano, John Kerry; y el canciller saudi, Adel Al Jubeir, anunciaron en París un cese de hostilidades por cinco días, aceptado la víspera por los huthis, cuya ofensiva los ha llevado en los últimos meses a controlar sectores estratégicos del país.
Los insurgentes del movimiento Ansarulá mantienen su avance, pese a casi dos meses de devastadores bombardeos aéreos, terrestres y navales para tratar de detenerlos, ejecutados por una coalición árabe que encabeza Arabia Saudí.
Si la pausa se implementa, junto a nuestros socios incrementaremos las operaciones de ayuda, entre ellas la distribución de raciones de comida, la atención médica y la entrega de agua limpia a casas y hospitales, señaló Amos.
Según la encargada de los asuntos humanitarios en la ONU, para que eso suceda, resulta clave contar con garantías de seguridad por las partes en conflicto, de un lado los rebeldes hutíes y el Ejército, y del otro los partidarios del fugitivo presidente saliente Abed Rabu Mansur Hadi y Arabia Saudí.
La Secretaria General Adjunta precisó que dos buques con suministros del Programa Mundial de Alimentos llegaron el fin de semana al occidental puerto de Hudaydah, para distribuirlos cuando la situación de seguridad lo permita.
Tenemos otros productos listos para su traslado, y aviones para evacuar a los heridos, subrayó.
Amos instó a "todos los vinculados con los combates y bombardeos" a detenerlos de inmediato, ante las enormes necesidades del pueblo yemení.
De acuerdo con datos de la ONU, desde la escalada de la crisis -a finales de marzo con los ataques aéreos extranjeros y el avance de Ansarulá- más de 1.400 seres humanos murieron, 6.000 sufrieron heridas y decenas de miles dejaron sus hogares para escapar de la violencia.
Mientras, el nuevo enviado de la ONU para Yemen, Ismail Ould Cheikh Ahmed, continúa sus gestiones en la región, para tratar de reactivar negociaciones de paz que terminen el conflicto y devuelvan al empobrecido país de la Península Arábiga a la transición pacífica.