Esta red estaba dirigida e integrada por siete israelíes y llevó a cabo “decenas de operaciones” entre 2008 y 2014, según fuentes del Ministerio de Justicia israelí.
Una red internacional sobre tráfico de órganos ha sido desmantelada en los pasados días en diversos países. La red vendía en Israel con órganos humanos que obtenía en países como Kosovo, Azerbaiyán, Sri Lanka y Turquía.
Esta red estaba dirigida e integrada por siete israelíes y llevó a cabo “decenas de operaciones” entre 2008 y 2014, según fuentes del Ministerio de Justicia israelí. Esta red explotó la necesidad económica de los donantes y la angustia de los receptores para ganar grandes cantidades de dinero.
Uno de los miembros de la red, Avigad Sandlar, visitaba a pacientes en Israel con vistas de proponerles la adquisición de órganos de personas que vivían en Kosovo, Azerbaiyán y Sri Lanka.
Otro israelí, Boris Wolfman, estaba a cargo de buscar a donantes potenciales, que aceptaban vender un riñón, en especial en Kosovo y Azerbaiyán. Más tarde, la red extendió sus actividades a Sri Lanka y Turquía.
El tercer inculpado, Moshé Harel, actuaba también en Kosovo con un médico turco, Yusuf Ercin Sonmez.
Estos dos individuos fueron ya denunciados en Kosovo durante un anterior proceso por tráfico de órganos pero no fueron acusados.
Otro inculpado es el doctor israelí Zaki Shapira, considerado como un experto en materia de trasplantes de órganos. Él fue jefe de servicio para este tipo de intervenciones en el Hospital Beilinson, cerca de Tel Aviv, hasta su jubilación en 2003.
Shapira utilizó su nombre para ayudar a los otros miembros de la red a encontrar y movilizar a potenciales receptores. Él se ocupaba también de las tareas administrativas y de verificar la calidad de los hospitales y los médicos donde se realizaban los trasplantes.
En el acta de acusación Moshe Havel figura como el cerebro de la red de reclutamiento de donantes y receptores de órganos mientras que Sonmez efectuaba los trasplantes.
En los pasados años, otras redes israelíes de tráfico de órganos han sido desmanteladas. Una de ellas buscaba a los donantes de órganos, a los que daba unos cientos de dólares, en Brasil.