Arabia Saudí ha realizado maniobras con el fin de posponer la Conferencia de Paz de Ginebra e intenta dictar los participantes y el programa de dicho evento.

Mientras que una parte de la comunidad internacional acusa a las fuerzas yemeníes y los huthis de rechazar el diálogo con vistas a la resolución de la crisis de Yemen, es Arabia Saudí la que acaba de provocar el retraso de la conferencia de diálogo de Ginebra que estaba prevista para este 28 de Mayo.

Lo menos que puede decirse es que las condiciones saudíes para la participación del fugitivo presidente saliente pro-saudí Abed Rabbo Mansur Hadi en el diálogo son humillantes para las propias Naciones Unidas.

Estas condiciones fueron expresadas durante la visita del nuevo emisario de la ONU para Yemen, Ismail Ould Sheij Ahmed, a Riad. El régimen saudí y sus títeres yemeníes reclamaron la elección de los participantes y los dirigentes de la conferencia y la determinación de sus resultados.

Esto obligó al secretario general de la ONU a retrasar la invitación de las partes a la conferencia. Por otra parte, no se trata del primer sabotaje saudí a los esfuerzos de Ban Ki-moon.

Éste último ha reclamado ya en diversas ocasiones un cese el fuego en Yemen y mostró su descontento por el rechazo saudí a estos llamamientos. La obstinación saudí le llevó a congelar su iniciativa en un momento en el que la situación humanitaria en Yemen se ha convertido en muy alarmante, teniendo en cuenta además que una parte de las ayudas humanitarias llegadas del extranjero fueron atacadas por los aviones saudíes a su llegada.

Esta situación llevó al equipo encargado de organizar la conferencia a decidir anular las reservas de vuelos a Ginebra en el último minuto, en la noche del domingo al lunes.

El fugitivo presidente saliente, por su parte, envió un mensaje similar a Ban Ki-moon. “El gobierno yemení intenta jugar un papel esencial y eficaz en el patrocinio y continuación de las consultas entre los componentes políticos, porque este el gobierno es el responsable de la transición pacífica del poder”, escribió Hadi al dirigente de la ONU.

Hadi insistió también en determinar aquellos que merecían participar en la conferencia. “Todos los componentes políticos yemeníes participaron en la conferencia de Riad y ellos rechazaron categóricamente el golpe de estado”, afirmó señalando que el programa de las conversaciones había sido determinado durante esta conferencia”.

Esta conferencia fue boicoteada, sin embargo, por un gran número de las fuerzas políticas yemeníes y rechazada por el movimiento Ansarulá y el Ejército yemení como irrelevante.

Hadi exigió condiciones inaceptables para los revolucionarios yemeníes como “el desarme de los huthis y su retirada de las ciudades” si tan siquiera aceptar su participación en el diálogo.