As Safir publicó en detalle el contenido de la reunión celebrada el 6 de diciembre en Ginebra entre Hillary Clinton, y una delegación del Consejo Nacional de Siria, la principal organización opositora.
El diario libanés As Safir publicó en detalle el contenido de la reunión celebrada el 6 de diciembre en Ginebra entre la secretaria de Estado de EEUU, Hillary Clinton, y una delegación del Consejo Nacional de Siria (CNS), la principal organización opositora.
El jefe de la delegación del CNS, Burhan Galiun, agradeció profusamente a EEUU por su “preocupación por los intereses del pueblo sirio” y añadió que el régimen de Bashar al Assad debe comprender que “todas las opciones están en la mesa” para “detener las matanzas”.
Él dijo que esperaba que el gran poder que Washington representa a escala mundial reconociera al Consejo Nacional de Siria como el representante legítimo del pueblo sirio. El jefe de la oposición siria también solicitó la ayuda de Washington al pueblo sirio, que sufre “un verdadero desastre y una gran invasión de los barrios residenciales por parte de las fuerzas de seguridad”.
Clinton se alegró de ver caras nuevas de la delegación y pidió a todos los partidos de la oposición siria que se unan para que “la comunidad internacional pueda reconocer su legitimidad.”
Ella dijo que esperaba “un régimen que crea en la tolerancia, la libertad, la igualdad de oportunidades y el respeto a la dignidad y no a un régimen gobernado por los caprichos de un dictador.” “EEUU no puede permanecer sentado frente a la carnicería cometida por los mercenarios del régimen, y los países árabes deben desempeñar un papel central en cualquier acción futura dirigida a proteger a los civiles”, dijo Clinton.
Clinton también pidió a la oposición siria que documente “los crímenes del régimen para que cada uno tenga su castigo penal” y anunció el regreso del embajador de EEUU a Siria para “liberar al pueblo sirio del régimen dictatorial”.
Finalmente, una mujer de la delegación, conocida por Basma Kadmani, intervino para decir a la jefa de la diplomacia de EEUU que las esperanzas de las mujeres sirias estaban puestas en Washington, el “protector de los derechos humanos y libertades en el mundo”.