El presidente de Turquía, Recep Tayyip Erdogan, ha sufrido su primer revés en 13 años de gobierno gracias a la decisión del pueblo turco de negar a su partido una mayoría absoluta parlamentaria.
El presidente de Turquía, Recep Tayyip Erdogan, ha sufrido su primer revés en 13 años de gobierno gracias a la decisión del pueblo turco de negar a su partido una mayoría absoluta parlamentaria por primera vez desde 2002.
El Partido de la Justicia y el Desarrollo (AKP) ganó las elecciones, con el 40,7% de los votos y 258 escaños, pero esto representa una significativa caída frente al 49% de 2011 y es la primera vez en cuatro elecciones generales que el AKP no logra la mayoría absoluta. La nueva situación obligará al partido de Erdogan a intentar formar una coalición o crear un gobierno en minoría. Si ninguna mayoría puede ser formada en seis semanas, habría que repetir las elecciones.
Otros dos partidos que obtuvieron representación fueron el Partido Popular Republicano (CHP, socialdemócrata) y el Partido de Acción Nacionalista (MHP), que consiguieron el 25,1% y el 16,4% de los votos y 132 y 81 escaños respectivamente. Dado el rechazo del CHP, principal fuerza de la oposición, a Erdogan y su partido, el AKP sólo podría formar una coalición con el MHP, aunque éste descartó antes de las elecciones tal posibilidad. Tras los comicios, el líder del MHP, Devlet Bahçeli, manifestó su alegría: “Éste es el principio del fin para el AKP”.
Peor aún lo tiene el AKP con el HDP, el partido kurdo que obtuvo un 12% de votos y 79 escaños y que está compuesto no sólo por nacionalistas kurdos sino también por liberales de izquierda. “Hemos logrado una gran victoria. Aquellos que quieren la libertad, la democracia y la paz han ganado. Aquellos que quieren el autoritarismo, que son arrogantes y se consideran como los únicos dueños de Turquía han perdido”; dijo el jefe del HDP, Selahattin Demirtas, en una conferencia de prensa en Estambul.
Erdogan llevó a cabo una campaña para intentar incrementar el número de escaños del AKP hasta los 330, lo que le hubiera permitido efectuar un cambio en la Constitución para crear un sistema presidencialista y establecerse como un presidente ejecutivo con todos los poderes reales a su alcance.
Aunque la Constitución le imponía una estricta neutralidad en su cargo de presidente, Erdogan realizó una campaña durante semanas en favor de su partido para reclamar “400 diputados con el fin de cambiar el sistema parlamentario actual. “Este sistema es un obstáculo para el cambio”, repitió.
La oposición, por su parte, mostró su rotunda oposición al proyecto, calificándolo de “dictatorial”. “Hemos puesto fin a lo que fue una era de represión por medios democráticos”, dijo el presidente del CHP, Kemal Kiliçdaroglu.
Por su parte, el primer ministro, Ahmet Davutoglu, había prometido dimitir si no lograba obtener una mayoría parlamentaria. El mal resultado electoral incrementará probablemente las disidencias internas, que pudieron ser vistas en las pasadas semanas en el seno del gobierno, y la lucha por el poder dentro del AKP.
“Los resultados muestran que este país ha tenido ya bastante de Erdogan y su ira”, dijo Seyran Demir, una ama de casa al diario británico The Guardian. Ella participó en la celebración ante la sede provincia del HDP. “Estoy tan llena de alegría que no puedo ni hablar”.
“El AKP no ha perdido las elecciones, pero Erdogan ha perdido toda esperanza de crear un sistema presidencial en Turquía”, comentó el profesor universitario Ahmet Insel.
Algunos medios turcos han barajado también la posibilidad de una gran coalición entre todos los partidos opositores para desplazar al AKP del poder.