El antiguo ministro libanés Wiam Wahhab, ha puesto en guardia contra “la caída de la provincia siria de Suweida, donde residen muchos drusos, en manos de los terroristas.
El antiguo ministro libanés Wiam Wahhab, líder del partido druso Tauhid, ha puesto en guardia contra “la caída de la provincia siria de Suweida, donde residen muchos drusos, en manos de los terroristas y dijo que esto debe ser impedido por todos los medios ya que su caída significaría la de los drusos en Alay y Shuf, en el Líbano” y subrayó que “la presencia de los drusos en la región se remonta a hace más de 1.000 años”.
“Tenemos necesidad de armas para Suweida con el fin de combatir al lado del Estado sirio y protegernos. Somos capaces de crear un ejército de más de 200.000 hombres”, señaló.
Expresándose con virulencia contra el Frente al Nusra y el EI en el transcurso de una conferencia de prensa el jueves, Wahhab subrayó que “ellos ejecutan sobre el terreno a los altos dignatarios religiosos drusos, pero los drusos se defienden ellos mismos, no temen a nada y están listos para combatir a los terroristas. Por eso pedimos armas y que se nos entrene”.
Él siguió diciendo: “Advertimos a toda persona que tenga vínculos con Al Nusra y les decimos que no tienen derecho a estar en territorio libanés o sirio y que si ellos atacan a nuestra gente nos defenderemos y responderemos a la sangre con sangre”.
El antiguo ministro acusó a Turquía y Qatar de ser los responsables directos de los genocidios y crímenes cometidos por el Frente al Nusra.
Los terroristas del Frente al Nusra cometieron en la noche del miércoles una horrible masacre contra civiles sirios, matando a decenas de drusos en las localidades de Qalh Lauzah y Kerkbiza, situadas en la frontera de la provincia siria de Idleb con Turquía.
Según la agencia SANA, decenas de terroristas del Frente al Nusra y Ahrar al Sham, ambos vinculados a Al Qaida, mataron al menos a 30 personas, incluyendo cinco miembros de una familia, e incendiaron decenas de viviendas.
Varias fuentes han subrayado que “entre las víctimas de la masacre figuran tres altos dignatarios religiosos y dos mujeres”. “Los terroristas mutilaron los cuerpos de ciertas víctimas y cerraron las entradas del pueblo, situado en Mont Sumac, cerca de la frontera turca, para impedir la entrada de toda ayuda humanitaria”.