Algunos sectores de la oposición ecuatoriana hicieron oídos sordos al gesto del presidente Rafael Correa de retirar temporalmente dos proyectos de ley que generaron protestas.
Algunos sectores de la oposición ecuatoriana hicieron oídos sordos al gesto del presidente Rafael Correa de retirar temporalmente dos proyectos de ley que generaron protestas, e insisten hoy en mantener sus manifestaciones callejeras.
En Quito, poco más de un centenar de detractores del gobierno salió a las calles la víspera, para demandar ahora que se archiven de forma definitiva las propuestas del gobierno de incrementar los impuestos a las herencias y la plusvalía, y pedir la renuncia del mandatario.
A juzgar por las convocatorias hechas a través de las redes sociales, las protestas continuarán este miércoles en la llamada Tribuna de los Shyris.
Al igual que en días pasados, allí se ubicó anoche un fuerte cordón policial entre los opositores y la sede de la gobernante Alianza PAIS, donde también se congregaron simpatizantes de Correa.
Por su parte, el alcalde de la ciudad portuaria de Guayaquil, Jaime Nebot, volvió a llamar a sus correligionarios a salir a las calles el 25 de junio próximo.
Según el político socialcristiano, con el retiro temporal de las propuestas, el Ejecutivo lo que busca es "quemar tiempo".
Con más razón y motivo que antes, Guayaquil protestará en la Avenida 9 de Octubre. Ahora, además, contra el engaño y también contra lo de fondo, declaró Nebot. La posición del alcalde guayaquileño se contrapone a la asumida por otros sectores como la Conferencia Episcopal Ecuatoriana y la Cámara de Industria y Producción, que elogiaron la decisión del mandatario.
El lunes, en un mensaje a la nación, Correa anunció que retiraba las propuestas para evitar más hechos violentos como los ocurridos en las manifestaciones de la semana anterior, y garantizar un ambiente de paz en víspera de la visita del papa Francisco, prevista del 5 al 8 de julio próximo.
A su vez, invitó a todos los ecuatorianos a participar en un gran debate nacional sobre los proyectos de ley en cuestión, y sobre la clase de país que desean.
Queremos debates, no gritos, queremos argumentos, no manipulación, remarcó el mandatario.
Correa incluso se mostró dispuesto a archivar de manera definitiva ambos proyectos de ley, si sus detractores le demuestran que las nuevas tasas impositivas propuestas por el Ejecutivo afectarán a los pobres o a la clase media del país.
En el caso de las herencias, el gobierno propone una tasa impositiva que se comenzaría a aplicar de forma progresiva a partir de un patrimonio heredado equivalente a 100 salarios básicos, o lo que es lo mismo, 35 mil 400 dólares.
Según el presidente ecuatoriano, esa medida afectaría a menos del dos por ciento de la población, pues apenas tres de cada 100.000 ecuatorianos recibe cada año una herencia superior a los 50 mil dólares.
El gravamen sobre la plusvalía, por su parte, busca frenar las ganancias ilegítimas que obtienen los especuladores con la venta de terrenos y propiedades, sobre todo en zonas donde el gobierno construye sus obras.
De acuerdo con Correa, con ambos proyectos de ley lo que se quiere es lograr una mejor distribución de las riquezas, con miras a construir un Ecuador más justo y equitativo.
PL