El Primer Ministro de Turquía, Recep Tayyip Erdogan, ha señalado que su país va a retirar a su embajador en Francia y detener todo contacto oficial con ese país.
El Primer Ministro de Turquía, Recep Tayyip Erdogan, ha señalado que su país va a retirar a su embajador en Francia y detener todo contacto oficial con ese país en represalia por una votación del Parlamento francés que convirtió en delito la negación de que la muerte de armenios durante la Primera Guerra Mundial (1914-1918) a manos de los turcos fuera un genocidio.
Turquía, miembro de la OTAN, es un aliado estratégico de Francia y un valioso socio comercial, y la decisión del Parlamento francés se produce en un momento particularmente crucial, ya que París y Ankara están profundamente involucrados en varios asuntos internacionales, como la crisis siria y la situación en Afganistán.
“Vamos a llamar a nuestro embajador en Francia a Ankara para consultas”, dijo Erdogan.
“A partir de ahora, vamos a cancelar las actividades bilaterales a nivel político, económico y militar”, señaló el primer ministro turco. “Vamos a suspender todo tipo de consultas políticas con Francia, y la cooperación militar bilateral, incluyendo las maniobras conjuntas, va a ser cancelada a partir de ahora.”
Estaba claro mucho antes de la votación que Francia estaba en curso de colisión con Turquía. Ankara había amenazado con retirar a su embajador, Tahsin Burcuoğlu, si los legisladores franceses no desistían en seguir adelante con la votación y advertido sobre “las graves consecuencias” para las relaciones políticas y económicas bilaterales que tendría la misma.
Turquía rechaza con vehemencia el término “genocidio” para caracterizar las matanzas de armenios, diciendo que el asunto debe dejarse en manos de los historiadores. También afirma que tales muertes se dieron en el contexto de la guerra y de la alianza de los armenios con el enemigo ruso y señala que fallecieron igualmente turcos a manos de los armenios en aquel conflicto.
Turquía sostiene que Francia está pisoteando la libertad de expresión y que el presidente Nicolas Sarkozy trata de obtener votos antes de las elecciones presidenciales de abril a costa de difamar a los turcos. Se estima que 500.000 armenios viven en Francia y muchos han presionado para elevar el estatuto jurídico de las masacres de armenios al mismo nivel que el Holocausto, cuya negación también es castigada por la ley francesa.
“Se trata de utilizar la turcofobia y la islamofobia para ganar votos y debemos expresar nuestra preocupación por este tema, no sólo en Francia sino en toda Europa”, dijo Erdogan, añadiendo que Turquía “no podía permanecer en silencio frente a esto”.