El Ejército israelí confirmó a la prensa que no permitirá la llegada de la flotilla, que partirá desde Grecia hacia la Franja de Gaza a finales de semana.
Israel ha lanzado ya varias amenazas contra una nueva flotilla que se dirigirá hacia Gaza para romper el bloqueo de la Franja. La nueva flotilla, la primera que surcará estas aguas desde el ataque llevado a cabo por comandos israelíes contra la anterior el 31 de Mayo de 2010, en una acción que costó la vida a nueve activistas turcos, se encuentra en la actualidad en el Mediterráneo navegando entre las aguas de Italia y Grecia.
El Ejército israelí confirmó a la prensa que no permitirá la llegada de la flotilla, que partirá desde Grecia hacia la Franja de Gaza a finales de semana. La fuente señaló que el gobierno israelí ha dado instrucciones al Ejército y la Marina para detener el convoy y no permitirle entrar en aguas territoriales de Gaza. “Si es necesario, la Marina intervendrá para impedir la llegada de barcos a Gaza”, señaló una fuente del gobierno israelí al periódico Yediot Aharonot.
Israel ha intentado detener la flotilla mediante la realización de presiones diplomáticas y amenazas de acciones legales, según señaló el diario. El principal destinatario de estas presiones es Grecia, de quien Israel pretende que no permita a la Flotilla salir de sus puertos.
Israel ha presionado también a un banco sueco que concedió un préstamo al activista sueco Charlie Anderson, propietario del barco “Marianne”, para que pudiera participar en la flotilla, y le advirtió que la financiación de este proyecto era “una violación del Derecho Internacional”, una acusación extremadamente cínica viniendo de Israel, el mayor violador mundial de la ley internacional..
Sin embargo, en esta ocasión le será difícil a Israel llevar a cabo una acción armada contra la flotilla, como sucedió en 2010 ya que, en primer lugar, en los barcos viajarán diversas personalidades ilustres como el diputado de la Lista Árabe Unida en la Knesset, Basel Ghattas, el ex presidente de Túnez, Moncef Marzouki; la ex europarlamentaria española Ana Miranda; Dror Feiler, un activista y músico israelí nacido en Suecia, y decenas de personas más. En total, unos 60 activistas de 20 países viajarán en la Flotilla.
Por su parte, Ghattas ha advertido a las autoridades israelíes en contra de acciones militares para detener la Flotilla de la Libertad. Tal acción llevaría a Israel, según él, a “sumergirse en otra crisis internacional de la que el gobierno de Netanyahu sería plenamente responsable”. Él añadió que los árabes israelíes se identifican plenamente con “nuestros hermanos palestinos en la Franja de Gaza” y exigen el levantamiento del bloqueo”.
Estas declaraciones y la participación de Ghattas en la flotilla han irritado al gobierno y a los partidos de extrema derecha israelíes. En este sentido, la viceministra de Exteriores israelí, Tzipi Hotovely, acusó a Ghattas de “unirse a los que desean luchar contra Israel” y “actuar al servicio del enemigo bajo la cobertura de la inmunidad parlamentaria”. El presidente del partido ultra Yisrael Beiteinu y ex ministro de Exteriores, Avigdor Lieberman, dijo que la participación de Ghattas en la Flotilla es una prueba de que la Lista Árabe Unida es “una lista terrorista, cuya entera esencia es la de dañar al estado de Israel”.
Por su parte, el vicepresidente de la Campaña Europea para el Fin del Asedio a Gaza, Ziad Aul, dijo que la Flotilla estaba casi lista para salir y que todos los participantes han recibido instrucciones acerca de cómo responder a cualquier posible escenario de ataques y provocaciones israelíes.
Aunque los organizadores no han desvelado cuando la flotilla llegar a las aguas de Gaza esto podría suceder en las próximas dos semanas. En este período Israel intentará ejercer todas las presiones posibles sobre los gobiernos europeos, pero la actitud israelí de bloquear las conversaciones de paz y llevar a cabo una expansión de los asentamientos en Cisjordania y Jerusalén Este hace difícil que los ejecutivos europeos puedan llevar a cabo ninguna acción represiva contra la flotilla sin asumir un enorme coste político ante su opinión pública.
Por otro lado, es probable que el gobierno extremista de Israel no sea capaz de calibrar las consecuencias que tendría para Israel una acción armada de cualquier tipo contra esta nueva flotilla en un momento en el que la postura de intransigencia y radicalismo de la entidad sionista está creando una corriente internacional favorable a acciones más contundentes contra la entidad sionista como la expansión de la campaña popular BDS en múltiples países o la posible aplicación de sanciones por parte de algunas naciones o bloques. En todo caso, la reacción histérica del ejecutivo sionista a la llegada de la flotilla pone de manifiesto una vez más el creciente aislamiento internacional del régimen israelí que continúa desafiando al mundo al mantener su ocupación de los territorios palestinos.