Australia anunció el miércoles su adhesión, como miembro fundador, al nuevo Banco Asiático para Inversiones en Infraestructuras (BAII), promovido por China.

Australia anunció el miércoles su adhesión, como miembro fundador, al nuevo Banco Asiático para Inversiones en Infraestructuras (BAII), promovido por China. Su contribución en los próximos cinco años será de 930 millones de dólares australianos (638 millones de euros).

Cincuenta y siete países se han convertido en socios fundadores del BAII, pese a las presiones de EEUU para que no se unieran a este proyecto.

Entre los participantes están algunos estrechos aliados de EEUU como Reino Unido y Australia. Sólo Japón se ha mantenido al margen.

El nuevo banco financiará proyectos de infraestructuras en Asia. El banco estará dotado de un capital inicial de 100.000 millones de dólares.

El ministro australiano de Finanzas, Joe Hockey, finalizará el lunes este acuerdo en Pekín, dijo el miércoles un comunicado que aparece firmado conjuntamente con la ministra australiana de Exteriores, Julie Bishop.

“La decisión fue tomada después de intensas discusiones entre el gobierno, China y otros socios de todo el mundo”, dijo.

“La falta de inversiones en materia de infraestructuras en la región de Asia será de unos 8 billones de dólares en la actual década. El BAII podrá formar parte de la solución para compensar esta carencia”, señaló.

EEUU y Japón se inquietan por la creación del BAII, que será un fuerte competidor para el FMI y el Banco Mundial, donde ellos tienen un peso decisivo.