La ministra de Defensa, Ursula von der Leyen, desveló que Alemania estaba desarrollando una nueva versión del tanque de batalla Leopard.
Aunque la mayoría de la población alemana rechaza una postura agresiva contra Rusia, existen círculos en Alemania que se empeñan en ignorar la historia y llaman a un rearme de este país, esta vez en el marco de la OTAN, frente a la política de Moscú en Ucrania a la que juzgan como “asertiva”. Esta postura está apoyada por algunas empresas alemanas de armamento, que consideran la crisis ucraniana como una oportunidad de obtener mayores beneficios.
En este sentido, la compañía Projekt System & Management (PSM) entregó a finales de Junio al Ejército alemán su primer vehículo blindado de combate para infantería Puma en presencia de políticos, representantes de la industria y militares, incluyendo Rainer Korff, jefe del sector alemán del Cuerpo Multinacional de la OTAN. El Puma reemplazará al vehículo blindado Marder. Se espera que el Ejército alemán adquiera 350 vehículos de este tipo, con un coste de 8,85 millones de euros cada uno.
En noviembre, la ministra de Defensa, Ursula von der Leyen, desveló que Alemania estaba desarrollando una nueva versión del tanque de batalla Leopard. En la actualidad, el más avanzado tanque alemán es el Leopard 2, cuya prevista retirada tendrá lugar en 2030.
El pasado mes de Mayo, un artículo escrito por un responsable del Ministerio de Defensa alemán, Hans Rühle, en el periódico Die Welt se preguntó por qué los políticos alemanes rechazaban dotar al Leopard-2 con municiones de uranio empobrecido, que posee enormes características contaminantes debido a su radiactividad, que se propaga en miles de pequeñas partículas en el aire. El también también celebró el hecho de que el Ministerio de Defensa alemán hubiera decidido aumentar el número de tanques de batalla de 225 a 325. El periódico señaló que tal medida enviaría una señal a los países del Este de Europa de que “la tendencia actual hacia una mayor reducción de las capacidades militares alemanas se había revertido”.
El periódico lamenta, sin embargo, el hecho de que los tanques Leopard-2, a los que califica de “armas excelentes”, no sean rivales para los actuales tanques rusos más avanzados como la serie T-90 y añade que los tanques alemanes no pueden perforar con su actual munición los blindajes de dichos tanques. “Esto será peor en el caso del tanque ruso Armata”, que será operativo en 2.020 y que pudo ser visto, por primera vez, en el desfile de la Plaza Roja de Moscú del 70 Aniversario de la Victoria este año.
Algunos medios alemanes han especulado abiertamente sobre si Alemania podría librar otra guerra de tanques contra Rusia. Durante la Segunda Guerra Mundial tuvieron lugar grandes batallas de tanques entre tanques rusos, incluyendo el T-34 y el JS-2 Joseph Stalin, y alemanes, como el Tigre, el Pantera y el Mark IV. La batalla de Kursk, librada en Julio de 1943, fue la mayor batalla de tanques de la historia y en ella participaron miles de ellos.
En realidad, los llamamientos de estos periódicos alemanes recuerdan a los lanzados en su día por los medios de la Alemania nazi para justificar un ataque a la Unión Soviética, incluyendo acusaciones sobre los supuestos designios agresivos por parte de Moscú. Estos medios olvidan la guerra de exterminio lanzada por los alemanes en el Este contra los pueblos que formaban parte de la Unión Soviética y se afanan en presentar como una catástrofe la victoria del Ejército soviético, que culminó con la Batalla de Berlín. Muchos alemanes no olvidan, sin embargo, la catástrofe que sufrió el país en aquella guerra y se oponen a una repetición de las políticas anti-rusas.