EEUU ha estado manteniendo durante meses una actitud ambigua que le llevaba de vez en cuando a proferir amenazas contra Irán, en lo que fue visto como un intento de apaciguar al lobby pro-israelí.
Mientras que las negociaciones sobre el dossier nuclear se desarrollan con vistas a lograr un acuerdo, EEUU ha estado manteniendo durante meses una actitud ambigua que le llevaba de vez en cuando a proferir amenazas contra Irán, en lo que fue visto como un intento de apaciguar al lobby pro-israelí y lograr más concesiones de Irán. Sin embargo, un experto estadounidense afirma que EEUU perdería una guerra contra la República Islámica.
El presidente de EEUU, Barack Obama, y su secretario de Estado, John Kerry, afirmaron que ellos abandonarían las negociaciones si ellas no daban lugar a un “acuerdo sólido que esté basado en inspecciones regulares y rigurosas”, señaló.
El 7 de Mayo, Kerry evocó de nuevo la opción militar en una entrevista con el Canal 2 de la televisión israelí. Él señaló entonces que EEUU tenía medios de hacer frente a Irán, incluso si esto implicaba una “acción militar preventiva”.
“Los israelíes deben tener una cierta confianza en una administración que ha concebido y desplegado un arma que tiene la capacidad de contrarrestar el programa nuclear de Irán”, indicó el jefe de la diplomacia estadounidense.
El arma en cuestión es la llamada «Massive Ordnance Penetrator», o MOP, una bomba de 13.600 kgs, que se convirtió en operacional en 2011 y que busca una gran penetración en tierra.
Sin embargo, los dirigentes iraníes no se dejaron impresionar. Algunos días más tarde, el Líder de la Revolución Islámica, el Ayatolá Ali Jamenei, afirmó que Irán no participará en negociaciones si su país y su programa nuclear son amenazados por una acción militar. “La celebración de negociaciones nucleares bajo la sombra de las amenazas es algo inaceptable para Irán. Nuestra nación no lo aceptará y las amenazas militares no ayudarán en las negociaciones”, señaló.
Algunas semanas antes, el comandante adjunto de las fuerzas interarmas iraníes, general Massud al Yazairi, declaró que “en el caso de la menor acción militar insensata de parte de EEUU contra Irán, mostraremos a los norteamericanos el verdadero poder de la República Islámica. El secretario de Estado de EEUU se imagina que las amenazas militares pueden disuadir a Irán de defender sus intereses indiscutibles, pero se equivoca”.
Las declaraciones de los dirigentes militares iraníes han sido confirmadas por expertos estadounidenses, que aseguran que en caso de conflicto, Irán sería capaz de infligir a EEUU una derrota estratégica.
En un estudio publicado el pasado 20 de Junio, Zachary Keck, director de la revista National Interest, dijo que “los ataques aéreos contra instalaciones nucleares de Irán no tendrían más que un impacto limitado. Ellas servirían, todo lo más, para retrasar el programa nuclear. La República Islámica podría reconstruir sus instalaciones. La única acción militar que podría impedir entonces a Irán adquirir un arma nuclear sería una invasión de Irán por parte de EEUU y la ocupación del país para instaurar un régimen pro-norteamericano”.
Kech estima, sin embargo, que “el Ejército norteamericano no podría conquistar Irán rápidamente y con un bajo costo, como sucedió en Iraq o Afganistán. De hecho, Irán podría infligir pérdidas insoportables al Ejército estadounidense desde el propio inicio de la ocupación del país”.
Según el experto norteamericano, “la capacidad de Irán de defenderse contra una invasión estadounidense comienza por su geografía excepcional”. “Como explica Stratford, una sociedad estadounidense privada de inteligencia, Irán es una fortaleza”, dijo Kech. “El país está rodeado en tres partes por montañas y por el océano en la cuarta. Irán es un país extremadamente difícil de conquistar”.
Según él, un desembarco de tropas por vía marítima sería extremadamente dificíl, así que probablemente EEUU optaría por una invasión terrestre a través de una de sus fronteras terrestres, como hizo cuando invadió Iraq en 2003.
“A primera vista, una invasión a partir del oeste de Afganistán parecería la opción más plausible, dado que el Ejército estadounidense dispone ya de tropas estacionadas en ese país. Sin embargo, está opción es inviable”.
En efecto, las dificultades de tal operación serían enormes desde el punto de visto logístico. “La creación de una gran fuerza de invasión en el oeste de Afganistán sería una pesadilla, en especial por la oposición de Rusia a semejante operación”.
Además, señala, la geografía de esta región fronteriza es muy difícil. “Tenemos en primer lugar algunas pequeñas cadenas de montañas a lo largo de la frontera. Lo más difícil sería ir desde la frontera afgana hasta la mayor parte de las principales ciudades iraníes. Haría falta atravesar grandes regiones desérticas, como Dast-e Lut y Dasht-e Kavir. Esta última especialmente difícil dado que se parece a una zona de arenas movedizas. Como señala Stratford, Dasht-e Kavir está compuesto por una capa de sal que recubre otra capa espesa de lodo, que puede ceder fácilmente. Esta geografía limitaría seriamente la capacidad de EEUU de utilizar la infantería mecanizada y motorizada en el plan de invasión”.
La frontera occidental no es menos difícil. En primer lugar, ni Iraq ni Turquía darán su permiso para tal operación. Turquía se negó a dar permiso a EEUU en 2003 para invadir Iraq desde su territorio. Además, los montes Zagros, que delimitan la frontera de Irán con Turquía y la mayor parte de Iraq, constituyen una barrera casi infranqueable para una gran fuerza de invasión.
La única excepción en las fronteras occidentales de Irán es el extremo sur, donde el Tigris y el Éufrates se unen para formar la estrecha vía de agua de Shat al Arab. Esta última fue utilizada por el Ejército de Saddam Hussein en los años ochenta para invadir Irán. Sin embargo, como Saddam descubrió, este territorio es pantanoso y fácil de defender. Por otro lado, poco tiempo después de haber penetrado en territorio iraní toda fuerza debería de pasar por los montes Zagros.
En el caso de Iraq, es seguro que las milicias shiíes atacarían a los norteamericanos transformando así la guerra en un conflicto que abarcaría ambos países.
Queda el litoral del sur, que se extiende a lo largo de 1.500 kms, repartido entre el Golfo Pérsico y el Golfo de Omán. Pero, según Kech, “Irán se ha preparado desde hace un cuarto de siglo para tal eventualidad. Ha construido una fuerza militar impresionante, que incluyen un gran número de de misiles de precisión, lanchas rápidas, drones, submarinos y minas”.
Irán cuenta también con una fuerza antiaérea de gran importancia y con millones de voluntarios en armas que crearían una guerra de guerrillas de pesadilla para EEUU en todas partes del territorio iraní, teniendo en cuenta además que Irán es un país de casi 80 millones de habitantes.
En este contexto, se comprende que las amenazas de EEUU de recurrir a la opción militar no son más que un bluff. EEUU es consciente de los límites de su capacidad militar contra Irán y es por eso que optó al final por sentarse a la mesa de las negociaciones.
Samer R. Zoughaib – Al Ahed News